Los años pasaron y la relación entre Mira y Aurora se hizo cada vez más y más fuerte. Cuanto más crecían, más se acercaban.
Aurora quizás no era tan talentosa ni intuitiva como Mira, pero tenía algo que hacía que Mira sintiera un poco de celos. Eso era ser normal.
Cuanto más crecía Mira, más cínica se volvía. Su perspectiva de la vida comenzó a distorsionarse poco a poco a medida que veía y experimentaba más cosas.
Presenció derramamiento de sangre, asesinatos, violaciones, altos impuestos, codicia, odio, ira, lujuria y varios otros males del mundo. A menudo escuchaba historias de guerras y cómo trataban a las personas como ganado o algunos hombres en el restaurante comentaban cómo deseaban tener una mujer para mantener su cama caliente por la noche.
Empezó a sentir asco de lo enferma que era la gente, pero también sabía que no había nada que pudiera hacer.