La esposa y la búsqueda. Mikonos y Gregory se reúnen con Tristán y Josefina secretamente en la ciudad. Es hora del plan. Júpiter y Rhini, una extraña amistad. -
Parece raro en todo sentido, eso quizás lo hace interesante.
- ¿No estamos perdidos no?
- No..
- Bueno al menos no tenemos alimañas atacándonos
- Si.
- Podrías ser más expresivo– confiesa con un rostro
irónico Josefina.
- Es que me preocupa Mikonos y Gregory. Su señal desapareció
por completo
- ¿Cómo que desapareció?
- Por lo visto ingresaron en la zona de las planicies. Un páramo
denso de grandes pastizales.
- No entiendo mucho de ecosistema de la tierra, así que tampoco
esperes que diferencie ello.
- Una llanura con pastos del tamaño de un árbol.
- ¿Pero estarán bien?
- Supongo..
- ¿mmmm? No me das mucha confianza – se preocupa ella - ¿Y
cómo estará Júpiter?
- El parece haber arribado a una ciudad. Su señal sigue intacta.
147
- Quisiera verlos a todos. Llevamos días recorriendo a pie. A
pesar de ello, es como si conociese todo éste lugar.
- Es normal que lo sea. Los recuerdos de una vida pasada no se
borran y al mínimo indicio se activan.
- ¿Qué quieres decir?
- Que tu vida anterior tiene un gran vínculo con la actual.
- Como siempre tan abstracto Tristán. ¿por qué apareciste? ¿Y
por qué me salvaste?¿ Y por qué te fuiste?
- ¡Demasiadas preguntas!...¡Tengo otra misión!
- ¡Esa no es una respuesta!
Josefina al decir esas palabras se mantuvo quieta. Como le había sucedido a Júpiter, el suelo comenzó a temblar.
- ¿Qué sucede?
- Cuidado. Tristán se lanza corriéndola a ella de lugar. De la
tierra una afilada espada sale cortado en una herida fatal a éste que cae al suelo. – ¡¡Huye!!
Del suelo emergió, una enorme bestia verde como un ogro. Y tomó con su mano derecha a Josefina.
- ¡¡¡Ahhhh!!!! – Ella empezó a gritar del susto. –¡¡Sueltameee!!
Tristán escupía sangre por la boca en el suelo.
La bestia intentaba apretar más sus músculos generando un dolor en ella.
- Mujer bella – Dijo abriendo su boca y pasó su lengua sobre su
rostro, dejando una baba viscosa.
- ¡¡Wacc!! – Dice ella - ¿Por qué me pasa esto?
- ¡Llevarte conmigo!
- ¡¡No iré a ningún lado contigo!!
- ¡¡Vendrás!!
- Noo..
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Al rato la tierra sigue moviéndose, y otra criatura aparece y observa a su compañero y a Josefina quedando encantado con ella.
- No..otro ogro – Dijo Tristán.
- Mujer bella..será mía.
- Claro que no seré tuya – Dice ella.
- Ella es mía – Dice su compañero.
- ¿Ehh? Claro que no
- ¿Entonces ella no ser tuya?
- Ella dice eso. Podemos usarla de comida.
- Oigan..no no no..esperen – Explica ella –¿ Mmm?
¿Eueh?..Piensa Jose… - Que…- no, no, no, puedo ser de ninguno porque…¿Son?..¿Dos y yo soy una?. Aparte de ellos, no estoy preparada para una relación. No son mi tipo, y la verdad llevo una vida difícil, y mi corazón ya tiene a alguien y bueno y no.. y eso..
- Ser femenino habla mucho…
- Sera mía-
- ¡¡Claro que nooo!! ¡¡Tristán haz algo..!!
- ¿Eh? Me duele todo el cuerpo..
- ¡Ahh!..Ese es mi héroe – Le expresa al ogro que la sostenía. En
fin ¡mmmm! – Sigue pensando y con rostro ladino mira al otro ogro..' tu compañero es más interesante.
- O sea ser bello – Se alegra el otro ogro
- Dije interesante – Responde con sarcasmo –¡¡No confundas!!
- ¿Y yo no ser?
- Tu eres más impulsivo, pero como les he dicho, no puedo estar
con ambos – Dice cruzada de brazos –
- ¿Entonces no te queremos?
- ¿Jaa? Que despreciativo. Cualquiera caería rendido a mis
brazos. Soy una ¿Digamos?… - Piensa ella con el dedo índice en su mejilla – Una dama especial.
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- Es especial
- Es especial.
- ¡¡Claroo!! – Dijo. Tristán con cara de no entender se confundía.
– o Tristán?
- ¿Eh?
- Sigue el juego – lo mira con enojo burlón.
- ¡Ahh!..Si ella merece a uno…
- Cierto…deben luchar por mi amor.
- Luchar por amor.
- Exacto.. quien gane se quedará conmigo.
- Luchar por su amor – Dice uno
- Luchar por su amor – dice el otro que la suelta dejándola caer.
- ¡Oyeee!..Con cuidado. Que soy frágil. – Ella se incorpora del
suelo, y va hasta Tristán.
- Y luchar..
- ¡Ehhh!..¡Sip!..una competencia..deben…¡mmm!..ir a esa
montaña y traerme una flor.
- Una flor – Se dicen ambos extrañados.
- Clarooo…y quien la traiga será mi amor.
Ambos se alegran. Y salen corriendo y al rato regresan
- ¿Qué flor?
- ¿Qué flor? – Se pregunta – Tristán.. ¿Qué rayos hay aquí?
- Mapolas
- ¿mapolas?
- Están en la cumbre.
- ¡¡Bienn por ustedes! Traigan mapolas, y quien me las otorgue,
será el ganador.
- Traer mapolas – Dicen ambos levantando el puño cada uno y
fueron de inmediato corriendo mientras el suelo temblaba.
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- ¡Allí van dos idiotas! – Dijo tomando un suspiro, pronto fue a él
que estaba resintiéndose - ¿..Tristán?..¿Tristán estás bien? – Preguntó preocupada. -
- ¡Creo que sí…!
- ¡Me alegro!
- No, digo: Creo que sí, son dos idiotas. -
Por el momento habían pasado los problemas. Pero nuevos podrían llegar tanto para Josefina como Tristán. –
- Ya casi estamos llegando a la ciudad Mikonos – Comento
Gregory. Habían sido escoltados a las afueras de las planicies por las mujeres con una promesa garantizada de Gregory. El solo pensar ello, no tardaba en maldecir a Mikonos.
- Es cierto …¡Por fin algo de civilización y deja de mirarme así con
recelo.
- No puedo mirar de otra forma.
- ¡Vaa!..Nos encontramos libres eso es lo que importa.
- ¡Tú, y tus ideas! Iré por Luna y los demás y me largo.
- ¡Mmmm!…No creo que puedas hacer eso.
- ¿qué?
- Tienen una costumbre muy arraigada de que el casamiento es
un tabú importante…en otras te buscarán por todo el universo.
- ¿¿¿¿QUEEEEE?????....
Al continuar la caminata se veían las primeras chozas con habitantes.
- ¿Seguro que ya estas mejor?
- Ya te he dicho que sí.
- Solo me preocupa tu estado. Ese golpe fue muy certero.
- Me tomaron por sorpresa.
- ¡Ya!, ¡Sí!..¡Ya arrivamos!… ¡¡Llegamos!!
- Buenos días – Dijo un aldeano en la frontera.
- Buenos días…¿Estamos cerca de la ciudad?
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- Solo un gilometro (kilometro)
- Muchas gracias..vamos – Lo lleva como a un perro.
- Son una bella pareja de casados veo..Pueden venir a mi
posada- hospedaje, cuando quieran.
- ¡¡Claro"" – Dijo con emoción sonriente Josefina – Él, es mi
flamante esposo
- ¡No! – Dijo Tristán.
- ¡¡Grrr..frr!!– Le gruñe Josefina con mirada penetrante.
- ¡Bueno sean lo que sean están invitados!.
La comitiva de los saurios arribaba al encuentro con los reyes y el monje. Ingresaban al salón desde la entrada principal. La nave descendía en la pista cuidadosamente. En los alrededores soldados formaban fila.
- Parece que estánlistos. Al completar el proceso las compuertas
se abrieron y varios de los saurios salían de ella. Era un sequito de diez y en medio de cada uno de ellos el saurio príncipe, quien vería luego de la reunión a la princesa Gaia para llevarla al imperio. Aquel no era el plan ya que solo sería una reunión de comitiva, pero dadas algunas circunstancias la situación drástica llevo a ello y solo el monje sabe las verdaderas intenciones.
Caciope recibía la información de los espías. Ya que el complot era que ellos ingresasen primero, y retirasen a Gaia a un lugar seguro. Era como un juego de espias.
Gaia entonces había escapado. El subterráneo llegaba a su fin con una vertiente de agua que desembocaba a un exterior. Ella según las indicaciones debería salir en un callejón en la cual no tiene salida. La mayoría de las estructuras eran anómalas en esa parte de la ciudad. Unas rurales, otras del medioevo, otras como la tierra, y otras con una tecnología de avanzada. Eso denotaba en el reino la distribución
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de riquezas por barrios. Algunos podían adquirir mejores servicios de urbanización y otros apenas lo que sus impuestos podían pagar. Los reyes lo sabían pero sus sistemas solo les permitía actuar como meros interventores. El sistema estaba dominado por votación de castas en la cual se elige un candidato por barrio y todos en su conjunto eligen un premier como jefe de estado y gobierno, mientras que los reyes son la máxima autoridad no pueden tomar decisiones ni deponer al premier sino es por voto popular de los nobles de poder elegidos en los barrios. Eso fue algo que siempre disgustó a Gaia.
Y el propio premier junto al monje decidieron con la nación de los saurios entablar relaciones bilaterales a fin de aumentar su nefasta corrupción. La princesa debía casarse con el príncipe, según los pactos firmados que se habían presentado y que fueron adulterados. Ello es lo que busca Luna, y que Gaia, sabe bien que existe.
Gaia, estaba dirigiéndose del callejón principal a la sala de una vieja posada. Era un negocio vetusto, en el cual un mercader con cabeza de cabra, fumaba una pipa. Era un chivo ciego, pero con buen olfato
.estaba detrás de un mostrador con muchos objetos de brebajes y pociones que tenían insectos dentro. Eran medicinas, y otras especies. Venenos y afrodisiacos. Era una sala con muchos artefactos de esos brebajes. Al abrirse la puerta supo de inmediato quien era.
- Mucho tiempo, princesa.
- Es bueno verte de nuevo Shi.
- Me he vuelto viejo.
- ¡No digas eso! Siempre serás joven, en tu forma determinada
de ti.
- Está bien. Solo el saber que se encuentra a salvo, es suficiente.
- Lo siento.
- El tiempo apremia, princesa.
- Sabes bien…
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- No, no, no…por algo está aquí. Diríjase por la puerta. Esta allí el
portal dimensional. Es solo para usar una vez. Mi magia no sirve para siempre. Solo una vez.
- Alguna idea de Luna…
- Debe ir por el sendero del pantano…Ella está realizando los
estudios dentro de las catacumbas, a sabiendas del peligro que lleva ello.
- Debo ir..
- Elija la ciudad de Tsukue en la región de Arkadia, y salga de
inmediato de ella en carruaje a la frontera de Sumbanda y luego ingrese al sendero de los pantanos.
- Gracias..
- De inmediato. Encenderé la cámara
- Gracias – Ella se fue de inmediato, pasando por una puerta de
madera pútrida, y luego descendiendo por unas escaleras hasta abrir otra puerta metálica. Allí un agujero de color celeste espira lado. Al tocar aquel, se sintió como el agua, y pronto trasladó su cuerpo y mente, y alma.
- Ha crecido la niña – Dijo el chivo, y repentinamente el portal se
cerró.
La tribu había escoltado hasta el límite con la ciudad de Urbanna a Mikonos y Gregory.
- ¡Ashass! (Adiós)… Amor…Pronto nos volveremos a ver.. –
Saludó la reina que se retiraba con su caravana en los
caballos- lagartos – Una subespecie de quimera con cabeza de reptil y cuerpo de caballo. Ellos quedaban a pie para solo recorrer unos metros.
- Ashas..(Adiós) – Dijo Mikonos que saludaba con entusiasmo.
- Asha (Adiós) – prenunciaba en voz baja Gregory –
- Bueno. Hemos llegado – Dijo Mikonos.
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- Gracias por decirlo – Comentó con sarcasmo Gregory.
- Ya deja de quejarte, podría haber sido peor. – Comentó,
mientras llegaban a la gran puerta de la ciudad.
- ¿Cómo que no podemos ingresar? ¿Saben quién es él? ¿Saben
quién soy? Exijo ver a las autoridades. Lo haré relegar de su mandato.. – Gritaba con furia una dama.
- ¿Quién?.. ¿Eh? ¿Josefina? - Preguntó Gregory
- ¿Tristán? – Dijo Mikonos
- ¡¡¡Chicosss!!! – Ella se arrojó a ambos- ¡¡Que gusto verlosss!!
- ¡Mikonos! ¡Gregory!– Saluda Tristán con su mano extendída. -
- ¡Estamos coordinados! – Dijo ella muy alegre – ¿Por cierto y
Júpiter saben algo de él?
- Por lo pronto sabemos por el radio localizador que está en otra
ciudad en las afueras de Arkadia.
- ¿Pero está bien? – Se preocupa ella. –
- Parece que sí. Lo que ocurre es que este idiota, no sabe usar el
radio, sino podría estar aquí. Bueno ustedes…
- Tu radio no sirve – Expresó secamente Tristán. -
- No me vengas con eso. Configuramos todo, y ésta listo;
preparado con orden.
- ¡Olvídenlo! – Infoma Josefina – Mikonos, diles que nos dejen
entrar.
- Bueno ya calma mujer chillona.
Mikonos se acerca a los guardias y susurra unas palabras. –
- ¡¡Ahh.!!.
- ¡¡Ohooo!! —
- ¡Nuestras disculpas!
- ¡No por favor!, ¡No es nada!
Pronto las puertas se abrieron.
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- ¡¡¡Hurra por Mikonos!! – Levanta el puño Josefina por la
victoria – ¿No es un genio?
- ¡¡Claro que no!!… - Expresa ofuscado Gregory que se cruza de
brazos haciendo un puchero de enojo.
- ¿Y? – Josefina mira.
- Para nada..sigo pensando que su radio es basura.
- ¡¡¡Ya callense!!! ..¡¡Y entrenn!!
Todos ingresaron asintiendo
- ¿Por cierto que les dijiste? – Pregunta Josefina.
- Ehh…mejor déjalo ahí
- ¿Eh?..¿Qué le dijiste? – Coloca rostro malévolo.
- Bueno…que la hembra escandalosa que está con nosotros debe
ser internada, por razones psiquiátricas. En otras palabras esta
orate. Le dicen la loca de los gritos.
- ¡¡¡¿Queee???
- Bueno era la mejor opción.. así que gracias..
- ¡¡Idiotaaaa!!
- ¿Te acabas de dar cuenta? – Expresa Gregory.
- Dije que se callen – Grita Gregory – Vamos a la base. – Tengo
demasiado con Júpiter para oírlos a ustedesy tú,Tristán.
- Cierra la boca Mikonos
- ¡¡Vaa..!!
Al ingresar a la gran ciudad, un despliegue de efectivos del reino estaba colmando la ciudad. Era la búsqueda. –
- Hay muchos guardias – Explaya Mikonos a Tristán. -
- ¿Algún hecho debe haber ocurrido?
- ¿Qué ocurre? – Se dicen Gregory y Josefina.
- No se distraigan, debemos llegar a la base para encontrar al
grupo, luego haremos los planes indicados.
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- Desde allí, podremos comunicar a Júpiter, e ir por él, luego de
ubicarlo.
- Esperemos no se salga de las manos, todo este asunto.
- La comitiva de los Saurios ha llegado según parece. Han pasado
por la ciudad de Tsukue – Comenta Tristán.
- ¿Tsukue? – Se pregunta Josefina.
- Es una de las ciudades cabeceras de comercio. Posiblemente
fueran allí por algún motivo antes de venir aquí- Explica
Tristán. –
- Si están aquí, ya sabes que debemos darnos prisa con la
operación. -
-
Gaia se había adentrado por los interiores de los edificios de las calles cerradas. Debería moverse con rapidez si quería lograr salir de la ciudad, rumbo a los aposentos en los cuales podrá estar Luna, su amiga, y heralda. -
- ¿Todo está desierto aquí? Eso me ayudará a ganar tiempo para
poder alejarme. Si logro salir de la ciudad de Tsukue podre ir por Luna. Ya no puedo utilizar la tele-transportación de la puerta dimensional
Gaia se colocó en el callejón una túnica muy particular que cubría todo su rostro y cuerpo. Un hábito muy parecido al que el monje posee. Esto le permitió misturarse en la inverosímil plebe de diferentes seres que se iban confrontando entre unos y otros. En una calle repleta de personas ella iba en una dirección.
- Niñas no se alejen – Comenté con discreción. Ya tenía
suficiente con aquel rapto. Seren no me hizo caso alguno y se alejó unos metros sin saber donde nos ubicamos en el andar. Libia mientras me ayudaba llamándola.
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- Ju..jupi..Lib.. ¿Dónde están? La menor miraba hacia todos lados
caminando hasta toparse con alguien golpeándose y caer al suelo. En el impacto se agarraba la cabeza con la mano sacudiéndose por el leve impacto. -
- ¿Pequeña estas bien? – Dijo la dama de túnica.
- ¡¡Ejem!!.. ¡¡Muy cierto!!..
- ¡¡Ven te ayudaré!!
Al levantarse ella le agradeció.
- ¿Estás perdida? - Preguntó. Unos risos escapaban de de oscuro
rostro dentro la cueva de la túnica. Risos color rojo como unos brillantes ojos.
Seren un tanto desconfiada asintió. Pronto con su oído agudo de semi humano, escucho la voz alejada.
- ¿Buscas a tu familia?
Asintió.
- Ven te ayudaré a buscar - Sabia que se metía en problemas,
sin embargo no podía dejar de ayudar a un menor aquella persona. - ¿Cuál es tu nombre?
- Se..Seren..
- ¿Seren?.. es bello nombre. ¿No eres de por aquí no?
- ¡¡¡Uhha!!! - Y ladeó la cabeza negativamente.
- ¡Bien! Hay muchos seres de todas partes. ¿Por dónde venias?
Y señalo por el lado céntrico. Ambas fueron para allá.
- Te portas muy bien para la edad que tienes, sin llorar. Tus
padres te criaron bien.
Seren no dijo nada, y agachó la mirada.
- No temas. Los encontraremos. Durante media hora fueron y
vinieron.
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- Sabes hay muchas personas…¡¡Ohh!!, Perdón hay muchas
seres. – Cambió la palabra la dama. Seren recordó que Júpiter también utilizaba esa palabra.
- Papa..Jup..también..Dice per..Person…. Persona..
- ¿cómo?. – manifestó extrañada – ¡Ahh!..Puede ser – Frunció el
ceño. Aunque le parecía no muy común. Sin embargo las Pléyades era gigante, pero una palabra. Una palabra del planeta tierra. De tan lejos no era normal. – tal vez, es seguro que te hayas confundido
- ¿Ehh?.. ¿Umm? Confundido — Dijo – ¡Qué remedio!
- ¿Rayos? – Se preguntó. Esa era una de las formas típicas de
aquella persona que había dejado en la tierra.
- ¡¡¡SERENNNN!!!..¿DÓNDE RAYOS SE HABRA
METIDO?..¡¡¡SEREEEEENNNNN!!! – Grité con todas mis
fuerzas..
El oído de la niña se agudizaba cada vez más…y todo a su alrededor se iba formando en espiral de voces, hasta que con aquel sentido logró captarlo.
- ¡¡Jup!!..¡¡Jupit!!….¡¡Jupiter!!
- ¿Cómo? – Se preguntó - ¿Qué has dicho?
- Debo..debo ..irme.. – Y salió corriendo.
- ¡Espera! ¿Qué has dicho? – nombró la chica de túnica que, era
nada más y nada menos que Gaia.
- ¡¡Gracias!!…¡¡Gracias!!..¡¡Gracias!! - Y se marchó. -
La dama se sorprendió al recibir un agradecimiento en el idioma terrícola.
La niña corría y ella detrás, pero entre la muchedumbre, se perdió la pequeña. Ella intentaba
- ¿Qué quiso decir esa niña? ¿Dijo Júpiter? ..¿Mmm? ..¿Sera qué?
– Se preguntó con su dedo en el labio y luego ladeó la cabeza –
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Noo, no, ¡imposible!.. Él no podría venir… - Y suspiró. -
¿Gracias? – Y se imaginóJúpiter-- ¡Rayos! Gaia – Cuando ella lo regañaba y volvió a suspirar. ---
- Jupii..jupiterr..
- ¿Dónde te habías metido? – Dije, enfadado. La niña me abrazó
y todo ese enfado se fue. Esto puso celosa a libia que también se pegó a mí. – ¡¡Larguémonos de aquí!! – Expresé. –
Ellos pasaron entre otros y de ella pasaba entre otros de otros.
Rhin concluía con todos los pedidos determinados., en cuanto se llevaban a los malhechores. A Ciencia cierta estaba pensativa por lo ocurrido. Y nuevamente nos volveríamos a cruzar. La ciudad de Tsukue es grande en cierto aspecto pero Gaia no está aquí, sino en Urbanna. Podríamos conseguir un aventón o pagar un precio razonable hasta la ciudad para que nos lleven. Aún tengo que resolver el problema de las niñas. Eso debería dejarlo en manos de Mikonos y su grupo, pero hay una realidad, y es que no deseo hacerlo.
- ¡¡Bien!!..analicemos…¿Si nos dirigimos?..¿Mmm?..¡no!
..Veamos..si viajamos a Urbanna, podríamos encontrar con
facilidad a Mikonos, y los demás, pero..donde ubicarlos. –Al no poder pensar bien, salimos de la muchedumbre para ir a un sector determinado; aislado de todos. Allí me detuve, y revisé entre los objetos del bolso - ¿Solo tengo esta arma múltiple? ¡¡Mikonos, podrías al menos haberme dado algo más como para comunicarme!!.. en fin, no te preocupes Júpiter, sigue tu instinto. Iremos con un transporte como estaba planeado. A Urbanna, en la región de Suroa.
En otro contexto
- Heralda Rhin, nos retiramos.
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- ¡Perfecto!
Rhin, continúa con su misión de búsqueda de los infiltrados de la tierra, según las disposiciones del monje. Alguien de entre las sombras vigila todos los movimientos. Toma su computador portátil, similar a un teléfono móvil, para comunicarse con hermana.
- ¿Rina..¿Me puede copiar ahí? ¿Cómo se encuentra todo en el
reino?
- Rhin todo está un poco convulsionado, debes regresar. La
princesa ha desaparecido
- ¿¿Qué??
- No sabemos bien, posiblemente, se haya escapado. Hay un
despliegue grande de la milicia del reino y los saurios
- Lo sabía. Sabía que ella escaparía. – Se alegró un poco Rhin a
sabiendas de que Gaia no estaba conforme con el matrimonio arreglado, pero el monje había dado órdenes de capturar a los terroristas terrestres
- Recuerda Rhin. Esos hombres son peligrosos para la futura
reina – Esas eran las palabras del monje quien le había generado una dosis mental hipnótica a todos los sirvientes fieles de Gaia a fin de poder manipular sus mentes. Sin embargo la prioridad de salvar a Gaia era más importante. Debía protegerla a toda costa de todos. De los terroristas, de los saurios, e incluso del monje.
- Debería volver – Piensa ella, - Y encontrarla, aunque no me
dejarán hacerlo, y debo localizar a los terroristas. Es un dilema.
Rina voy a intentar encontrarla. Tú, sigue monitoreando.
- Rhin, no te preocupes. Hemos enviado grupos especiales por si
los terroristas intentan localizarla primero.
- Perfecto. Con cuidado. Asha(adiós)
- Asha (adiós), querida hermana.
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El radio corto comunicación. -
- Niñas, iremos para Urbanna.
- Libia, dice que es peligroso.
- ¿Peligroso?
Libia señala a un cartel electrónico.
"Todos los caminos a Urbanna, están cerrados por el momento. Se han tomado medidas drásticas por inconvenientes externos."
- ¿Todos los caminos? - Me preguntaba. Unos hombres
murmuraban sobre aquel asunto
- Están los caminos cerrados.
- Si, dicen que hay un operativo grande, y la comitiva de los
saurios ha llegado para una reunión importante. De todas maneras tienen abierto en camino del desfiladero a las afueras del pantano. Se puede ingresar por allí, ya que solo hay un puesto. A partir de de ese sitio aguardar.
- ¿Los comerciantes deberán ir a las afueras de los pantanos, y a
partir de allí se podría ingresar? Es una locura el desfiladero es un peligro. Está repleto de criaturas, monstruos. ¡Olvídenlo!
- Eso es una fábula, tu nunca has ido.
- Si quieres arriesgarte tú y tu mercadería. ¡Perfecto!
- ¿Ahora que lo pienso no sé? – Duda el mercader
Al oírlos, me acerqué a ellos.
- ¡Disculpen! – Comenté en su idioma. – He visto que a Urbanna,
todo se en cuenta cerrado – Se puede llegar por lo menos por
algún camino alternativo, por lo que manifiestan
- Claro que sí, pero no es recomendable.
- ¿Podría llevarnos lo más cerca posible?
- No lo creo.
- ¡Le pagaré bien! – Y tomé dinero de la venta de los minerales.
- ¡Wow!—¿Esto?..¿Mmm? .. Aún no sé
162
Rhin nos avistó de repente, y sin querer escuchaba la conversación.
- Puedo darle esto. Ella sacó una moneda de un metal similar al
oro. "Gron"
- ¡Un gron! – ¿Podría dirigirse al desfiladero?
- Bueno es un gron… - Suspiró – Bien. Iremos por la mañana.
- ¿Podría ser pronto?
- Es que…
Rhini lo observó con detenimiento.
- Bueno, denme unas horas. Deberíamos ir con un vehículo –
carreta.
- Pero tardaremos mucho.
- Es que la llegada por el desfiladero, los vehículos eléctricos no
funcionan por el magnetismo, y los eólicos se desestabilizan con el viento, y los correspondientes a combustible, las ruedas se destrozan por la piedras solares que erosionan las cubiertas – Al mencionar todos esos detalles, no entendía nada de lo que me decía, pero comprendía el por qué mantenían un aspecto antiguo-moderno-posmoderno. El por qué de carretas de madera o metal remolcadas por bestias, y de vehículos voladores.
- Bien, nos encontraremos por aquí. Al final la civilización
avanzaba, sin dejar atrás lo viejo como materia obsoleta.
- ¡Perfecto.!...
- Gracias. – Dijo ella. Yo estaba un poco sorprendido.
- Rhin, ¡Muchas gracias!
- ¿No sabía que debían ir a la ciudad de Urbanna? ¿Tienen algún
motivo especial?
Inmediatamente mentí como de costumbre.
- Familia.
163
- Libia quiere ver a su familia - Dijo ella junto a Seren. Las niñas
eran perfectas al momento de planear una estrategia.
- Ya veo. Bueno si les parece bien, debemos buscar una posada,
para generar tiempo de espera.
- ¡Sí, Por favor!, - Le dejo la elección.
- ¡¡Bien!! – Sonrió ella con sus ojos amarillos. –
Nuevamente estábamos en una posada, esperando a que regresara aquel comerciante. Sus facciones de humano me hacían pensar que estaba en la tierra. Había mucho como él. Recordé que Gaia, y de ser posible su familia tienen esas facciones. Incluso Rhin.
- Así que nuevamente nos vemos aquí Señor Júpiter. -
- ¡Je!..¡Je!..Si son las casualidades.
- Es bueno ir a ver a la familia.
- ¿Y tú Rhin?
- Tengo trabajo
- ¡Qué bien! ..¿De qué tipo?
- ¿Ehh? – Rhin no quiso mencionar – Soy funcionaria galáctica.
- ¡¡Ah!!….¡¡Estem!!..¡¡Veamos!! – Expresé sin saber ¿Qué diablos
era?
- ¿Y tú?
- ¿Yo?..soy un historiador planetario
- ¿Historiador planetario?
- ¡¡Ehh!!,,¡¡siipp!!..
- ¿Debe ser interesante?
- Y podría decirse que sí, sino fuera extenso el universo
- ¿Cómo?
- No nada…
Al momento de la plática un ser semi- humano, se aproximó con su vehículo-carreta. -
- ¡Perfecto!. Ya podemos irnos – Manifestó Rhini. -
164
Abordamos el vehículo en la parte trasera. Rhin me comentaba algunos detalles de los lugares, teniendo presente que no conocíamos el sitio. Las niñas se habían quedado dormidas, y estaba cayendo la noche estelar. Varias eran las lunas. Cinco para ser exactos. Una de color naranja, otra amarillo, naranja, negra, y roja.
- Entonces todas las llanura, llevan un complejo amplio, pero
estos caminos no son transitables.
- ¿Conoces el porqué del actuar militar?
Ella no quiso mencionar demasiada información del asunto comprometido.
- Supongo que son directivas. Suelen llevarse a cabo. -
No contesté a lo que expresó.
- El desfiladero es un lugar peligroso.
- No diría eso. Es un sitio inhóspito, en la cual muy pocos
lugareños llegan.
Recordé las palabras del comerciante.
- Solo los transportaré hasta el punto de la piedra hueca. A
partir de allí deberán ir solos. No puedo arriesgar mi carga.
- ¡No hay problema! – Manifestó Rhin. Luego tendríamos un
camino de unos quilómetros para salir del aquel desfiladero., hasta llegar a la base del rio, y luego los muros. La ciudad estaba cerrada en sus caminos, sin embargo podía llegarse por allí. Pensaba que sería importante poder lograr comunicar con Mikonos, y los demás. Tal vez ellos hayan llegado. Y si sol pudiera comunicarme. Ya pensaré en ello, mientras me coloqué de punta en la carreta techada de una lona gris, y allí las lunas. Las cinco lunas. Rhin me dirigió su mirada.
165
- ¿Te gustan? Pertenecen al dios YAH.. – Expresó ella en cuanto
observábamos.
Al mencionarlo, presentí que ese nombre era conocido.
- ¡Son esplendidas!
- ¿Nunca las habías visto?
No podía decirle que no, así que inventé un sí rotundo.
- ¡Ejemm!, Pero siempre sorprenden, como si fuera la primera
vez.
- Comprendo – Esbozo una risita leve. -
- ¿Y dime Júpiter?.. ¿Qué esperas hacer allá?
- ¿Allá?.. ver a esos familiares, y pasar un buen momento.
- ¿Lo extrañas?
Cuando dijo esas palabras recordé a Gaia.
- ¡Sí!. Es difícil mentalmente, no generar ese sentido de nostalgia
de extrañar.
- Es bueno tener un lugar en donde te esperen.
- ¿Y tú?
- Tengo una hermanastra. Soy huérfana de nacimiento.
- Entiendo…
- Pero de todos modos, me siento bien en mi posición a pesar de
ello. Mi hermanastra es adorable. Me han criado bien su familia.
- Lo dices como si a pesar de ello, no fueran nada.
- ¿A qué te refieres?
- Es como si solo te criaron para el cuidado de ti, sin transmitir
nada de sentimientos.
- ¿Sentimientos?
- Son esos estados de emoción que nos pueden alegrar,
entristecer, emocionar.
- ¡Ya veo!
166
- Por ejemplo.. en este momento el ver ese cielo, me produce
una satisfacción..una pisca de alegría.
- ¿Y por qué?
- Porque, al ver algo así tan deslumbrante, aunque este allí
siempre, no deja de maravillarme. Pienso que algo bueno tiene ese instante que luego el tiempo se lleva. Es como tener un presente.
- Yo nunca había pensado en ello. Si me preguntas por mi
familia, quizás no he sentido esos llamados sentimientos, que deben ser parte de tu galaxia
- Pero de alguna forma los recuerdas. ¿Recuerdas algún instante
en que sonreíste?
- ¿Mmm?..si…fue en una reunión todo juntos en un parque de
semans
- ¿Semans?
- Flores nativas que solo crecen y alumbran en la noche.
- ¿Y….? – Dije para que siguiera hablando. – ¿Tuviste un
sentimiento?
- Me lancé a reir de la mano de mi hermanastra mientras
corríamos con los pétalos de luz.
- Entonces estabas feliz..
- ¿Feliz?
- Es ese estado que deseas que nunca acabe…pero al irse, nunca
se borrará de tu mente
Ella agachó la mirada.
- Si, era eso…- Se alegra mirando el suelo – Y ahora me siento,
así como cómoda. Disfrutando, esta plática Júpiter. Tampoco quisiera que termine.
- No terminará, puede haber muchas más
- ¿En serio?
- Es una promesa.
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Continuamos hablando entre las lunas. Rhin seguía sin parar, y el vehículo, remolcado por bestias continuaba su marcha.
- Quisiera expresar siempre esas felicidad que llamas Júpiter –
Se dijo asimismo, y dirigió la vista a mí.
En el recorrido de la noche, permanecí en silencio y mis ojos se cerraron. Un pitillo estaba alumbrando desde mi bastón de arma multiusos, nos obstante no le presté atención y me mantuve dormido.
- Eres un tipo raro Júpiter, pero presiento que agradable. – Ella
también se quedó dormida.
En medio de la noche, se estaba gestando una neblina espesa. Eso quería decir que el camino podría complicarse en algún punto. El comerciante estaba observando todo alrededor, debido a que las bestias se encontraban un tanto intranquilas por la falta de visibilidad. Eran dos bueyes grandes con cuernos, algo que me
recordaba a los llamados Yak, aunque su nombre era impronunciable. Como muchas palabras de este planeta.
A medida que nos íbamos acercando en la noche plutónica la brillantez de la luminosidad se iba desarrollando. El comerciante estaba en su parsimonia fumando una suerte de pipa grande que lanzaba una humareda muy bizarra de color marrón. No era el cigarro, ni puro, ni nada que se le parezca. Las bestias comenzaron a inquietarse.
- ¡Ohh! – Les dijo el ser. - ¿Qué ocurre? –Vamos avancen -
Lanza como un latigazo eléctrico para que los animales prosigan.
Las bestias se oponían hasta que continuaron. Una luz desde un cerro se estaba gestando. Estábamos en medio de un camino de tierra
168
oscuro llegando al sector de los desfiladeros. El camino era en subida, de un lado una gran pared montañosa de montes que se iban acrecentando y del otro lado el precipicio. Aquella ruta era un espiral en ascenso.
La luz se prolongó aún más y un sonido agudo se hizo escuchar. Eso me despertó y me produjo inquietud, mientras todos descansaban. Rhin abrió los ojos de inmediato. El hombre continuaba avanzando como si nada ocurriese. Era como una hipnosis.
Las bestias no se detenían y aceleraban el paso. El ruido crecía a un más.
- ¡Ese sonido! – Dijo Rhin. -
- ¿Qué es eso? – Pregunté al ver una figura rara. –
- Esto es complicado. Rhini, saltó de la carreta. – ¡Quédense
aquí! – Gritó y sacó de su cinturón un objeto cilíndrico con el que poseo, transformándolo en una espada. Las niñas despertaron.
- Libia, pregunta que pasa – mientras se pasa la mano por un
ojo.
- Júpiter – tiraba de mi ropa Seren –
- No se preocupen. Todo está bien. –
Ante la duda saque mi cilindro.
- ¿A ver cómo diablos funcionaba esto? –Comencé a tocar la
pantalla y sin querer apreté una aplicación que lanzó una luz
magnética. – No,….esto...no es lo que quiero, quiero que se
transforme en una lanza, como fue en la cueva.
- Júpiter dijo Seren – Y señala detrás de la carreta – Varios seres
en forma de hombres lobo estaba allí. Uno se lanzó hacia nosotros.
- ¡¡¡Dios.!!! ¡¡¿Qué rayos?!! – Grité –
- Libia dice que son Fenrirs –
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- Fenrir –
- Criaturas de la noche – Comenta Seren temblorosa. –
Cuidado comienzan a golpear la carreta, al acercarme al comerciante fui a decirle que aceleré, y de ello intentaba saber que fue de Rhin.
- Niñas quédense aquí.
- ¡¡Oiga!!..¡¡oiga!! ¿Ey? – Grite al ser, y al acercarme lo único
que encontré era un cuerpo sin cabeza.
Las niñas quisieron acercarse.
- No vengan - les dije, para que no vean lo ocurrido. Una de las
bestias se lanzó a la carreta, queriendo entrar, y otra encima de una de las bestias. No estaban rodeando. Pronto, un sablazo cerceno al animal. Eran Rhin que estaba combatiendo contra ellos. Entre la desesperación las bestias se iban amontonando. Una ingresó en la carreta.
- ¡Cuidadoo! – y de un golpe Libia con sus manos delante lo
lanzó al suelo con una suerte de magia. Seren estaba preparada como si fuera un animal salvaje ya que tenía sus mismas características. las bestias se detuvieron, y pronto comenzaron a salir más de los Fenrirs.
Habían rodeado a Rhin.
- Este aparato – Dije desesperado y apreté todo. Una de las
bestias calló en el techo y se lanzó a mí. En el interin del
combate comenzamos a forcejear.
- Jupiter – Seren se lanzó a él pero fue golpeada arrojándola a un
costado encima de libia que quiso usa su magia. El Fenrir se iba acercando con su lengua y su boca gigante intentando morderme. Sus garras arañaron mi piel dejando marcas. Intentaba retenerlo como podía con alguna técnica, pero la superioridad de fuerza era tremenda. - ¿Cómo vamos a salir de esta? Se iba acercando – Unos gritos de Rhin hacia mí.
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- Jupiterrrr..¡¡El gladio!!
- ¡¡¡¿¿¿Quee???!!!
- ¡¡¡El amarillo!!!..¡¡Oprime el amarillooo!!
La bestia lanzaba mordida hacia mi rostro sin poder tocarme por la retención que le daba.
-Ahora si estoy perdido. Ya no tengo fuerza. Un mordico leve en mi hombro – ¡¡AHHHH!! Y sin darme cuenta mi mano fue a al cilindro apretando no sé qué botón, para que se transformase en un sable que atravesó a fenrir. Pronto dejó de atacarme y su boca se cerraba.
Aquel monstruo caía de la carreta. Libia se acercó junto a Seren a mí, preocupadas.
- Por favor quédense aquí – dije. La situación era seria. –
Salte de la carreta y atacaba desesperado a toda bestia que venía mí. Era como si estuviera poseído, aunque nunca había practicado nada de esgrima.
Rhini, tenía un hombre lobo en su espalda mientras luchaba con otro.
Al darse la vuelta se cubrió del susto, pensando que estaría en aprietos. Arroje una piedra a el lobo y cuando dio la vuelta lo corté en dos partes.
- ¡Júpiter! - Dijo Rhin agitada – ¡Gracias!
Asentí. Las bestias nos servían de apoyo por su tamaño. Al haber tantos, no podíamos retener a todos y nos colocamos de espalda a espalda.
- Júpiter, esta situación es compleja ¿Tu arma es múltiple? ¿Un
gladio – Mosque?
- ¿Cómo voy a saberlo?
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- ¡Apreta!, El comunicador verde. -
- ¿Verde?
- ¡Oprimelóoo, para que se encienda! - Me regaño.
Al instante, se transformaba en dos armas de fuego.
- Son armas de tiro. ¿Sabes disparar?
- No es momento de preguntar – respondí y empecé a disparar
tiros a cada lobo que se iba acercando.
- Debemos volver a la carreta – Grito Rhin y comenzamos a
correr. Libia generó un destello de luz e hizo que la incandescencia segara por unos segundos a los Fenrirs. Al instante saltamos a ella, y Rhin, tomó las riendas, haciendo que las bestias se muevan a toda velocidad.
- -Arre –JAAAa—Jaaa – Gristaba y los monstruos parecidos a los
yaks comenzaron su marcha. En instantes los lobos nos
perseguían. Uno intentó a velocidad saltar y le disparé. Luego a otro y otro.
Rhin observaba como me manejaba.
- Eres bueno Júpiter. –
- Gracias – Respiré hondo.
Nuevamente unos de los lobos ingresó por detrás de la carreta, Seren le mordió el pie y Libia lo hizo estallar con su magia.
- Parece que las niñas también saben defenderse. Rhin observo
unas piedras de una montaña que caían.
- Júpiter..Rapido dispara allí.
- ¿Dónde?
- Allí señala gritando. Una gran piedra delante de nosotros. -
Apunté y lancé varios disparos a una roca de gran tamaño.
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- Sigue disparando. Los lobos estaban detrás nuestro
alcanzándonos, y la roca comenzó a moverse hasta salir de su sitio cayendo a gran velocidad. Venia hacia nosotros.
- ¡¡¡¡JAAAA!!!! – ¡¡¡Rápido!! – Dijo a las bestias, mientras me fui
del lado de atrás para continuar apuntando entre tiros.
- - ¡¡Oh dioss!! – La gran piedra, traía otras, como una avalancha
que direccionaba a nosotros. – Esto no está nada bien –
- ¡¡Sujetenseeee!! – Al decirlo – ¡¡JAAAA!!-- ¡¡¡ARREE!! –
¡¡¡Vamooossss!!!
- AHHHHH. – Las piedras venían a nosotros y por cierta
casualidad se iban moviendo. Continúe disparando. Algunos fragmentos iban descendiendo en el techo. Las niñas se agarraron fuerte de donde podían. – ¡¡¡¡AHH!!!!
Pasamos del otro lado de la gran roca que calló encima de todos los lobos. Una tempestad de tierra y polvo se iba produciendo. La carreta continuaba su curso a velocidad y pronto la niebla se iba disipando con el polvo. Las lunas se desvanecían para que los soles se presenten en lo que llamamos amanecer. –La carreta –vehículo prosiguió el avance rápido, y poco a poco disminuía. Me acerqué a las pequeñas.
- Todo está bien – Les sonreí, y luego visualizar la sangre que
caía en mi hombro me maree sin remedio, desplomándome –
- ¿Ehh? – ¡Ahhhh! - Me desmayé al verme así como un hombre
pintado de mi propia sangre. -
- ¡¡¡¿Júpiter?!!! – Gritó Rhin.
- ¡¡¡¡Ju..Júpiter!!!! – Ahora las niñas gritaban asustadas.
Al despertar. Estábamos entre caminos de cerros. Era el llamado desfiladero.
- ¡Ahh! ¡¿Parece que despertaste?!
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- ¡¡Ohh!! – Me tomé con la mano la cabeza masajeándome -
¿Qué paso? Tuve un sueño terrible en donde nos atacaban unos monstruos
- Fue un sueño terrible – Se ríe Rhin
- Ju ..ju..piter – Y Seren me abrazó
- Libia también quiere abrazar a Jupiter..
- ¿Eh? Y pronto vi mi herida vendada y me volví a desmayar –
¡¡AHH!!
A lo minutos desperté.
- ¿Ya se te paso?
- ¡¡Claro que nooo!!
- Eso estuvo cerca. Tengo que agradecerte – Sonríe Rhin – Eres
muy bueno con el gladio-mosque.
- La verdad…no sabía que podía manejarlo tan bien.
- No importa, estuviste esplendido –Vuelve a sonreír. - ¿Podría
preguntarte algo?
Al decirme de esa manera, presentí que podría sospechar quien soy.
- ¿Dónde has conseguido el Gladio-mosque? Yo solo poseo un
Gladio.
- ¡MMM!...fue por un amigo..
- Tu amigo debe ser parte de las fuerzas especiales. No
cualquiera posee uno.
- Bueno..yo…
- No hay problema, nos ha salvado el que lo tengas, pero
también el que lo uses de gran forma. No muchos pueden hacer
lo que tú.
- Cambiando de tema.. ¿Dónde estamos?
- Esto es el desfiladero – Expresó Rhin. –De aquí tenemos unos
cuantos quilomer (Kilómetros).
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Al incorporarme del suelo, podía verse todo un valle gigante. No era para nada diferente de la tierra. Había muchos recovecos.
- Por allá está la región de Suroa, y más adelante Urbanna. –
- ¡Es bastante!
- Tenemos la carreta.
Al mencionarlo, no pude dejar de pensar en lo ocurrido al comerciante.
- ¿El cuerpo de aquel?
Rhin, agachó la cabeza.
- Supongo que es comida de fenrirs. Desapareció con su cabeza,
entre la multitud de aullidos.
- Estamos vivos – Suspiré
- Si.
- ¿Sabías que podía generarse un problema de éste tipo?
- El desfiladero, tiene criaturas, pero se supone que los fenrirs,
tenían una población reducida. Cuando ingrese a Urbanna,
debo dar aviso a las autoridades.
- ¿Darás aviso? – Pregunté
- Si, una de los trabajos como funcionaria, es mantener la paz y
el control. Es peligroso que la población sea tan amplia, y extensa. Aunque no salen del desfiladero, no podemos arriesgarnos a que sigan en aumento.
- Son como una plaga – Dije
- ¿Plaga?
- Ehh…que son muchos y molestos, o peligrosos.. – Escondí las
palabras y lancé las justas.
- ¡Je!.¡Je! si. Oye si te parece bien. Podríamos practicar. Te
puedo enseñar algunas técnicas de espada.
- Eso me parece perfecto.
- Libia quiere práctica también. – La niña se acercó.
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- Tú, tienes una magia interesante – Dijo – Por ser una niña
demonio, tan pequeña.
- Y yo…
- No me olvide de ti, tú tienes una potencia en su garras y
mandíbulas – Le dijo a Seren. – Ambas hicieron un gran trabajo. Eres agraciado Júpiter, por tener tan bellas y valientes sobrinas. -
Con Seren fuimos luego a buscar un poco de madera de árboles, en cuanto, Rhin le explicaba a libia algunos trucos con su magia. Nos habíamos ubicado en un lugar estratégico en el cual no podrían atacarnos. Según la explicación de Rhini. Parte del desfiladero sale del territorio de los Fenris, ya que pertenece a tierra sagrada del dios mítico Ursun, mitad hombre y mitad oso, y hay un desprecio y miedo hacia él. Gracias a esa creencia podríamos decir que estábamos a salvo en un momento, aunque no era inverosímil que otros peligros nos allegaran.
- Jupp..Jupiter ..Aquí hay mucha – Señalaba en la dirección de
unos árboles.
- ¡Perfecto! – La felicité. –
- Jup..Quiero mucho
- ¿cómo?
- Quiero mucho.. yo – Se señala ella- ¡Te quiero mucho!. -
Al oír esas palabras, no supe que decir..
- ¡Ahh! – Sonreí – Yo también pequeña. Yo también - La niña me
abrazó. Medité en que sucederá con ella y libia. No era la primera vez. ¿Pero a quién podría dejarlas? ¿Qué pudiera cuidarlas?
Regresamos y Rhini, seguía entrenando con Libia.
176
- Libia quiere mostrar a Júpiter, lo que aprendió. Y lanzó un rayo
que pasó cerca de mi oreja golpeando unas rocas con un agujero.
- ¡Oyeee, cuidado!
Libia se encogió de hombros.
- Libia dice que Júpiter se enojó.
- ¡Noo!,¡Noo! – Fui a ella y posee mi mano sobre su cabeza – Ha
sido un buen trabajo.
- Libia sonríe – Se alegra ella
Preparé algo de fuego, que era de la misma forma que en todo planeta.
- Bien Júpiter. Te toca a ti – Dice Rhin y saca su cilindro
transformando en una espada. – Saca tu gladio – ¡¡Ahoraaa!!
- Pero..
- ¡¡Ahoraa!!
Lo tomé cuidadosamente y nuevamente me confundía con los
parámetros de los botones. Era una pantalla que solo podía reconocer bloques de colores, que no eran similares a los llamados colores primarios y secundarios, y sus nombres eran similares a los nuestros pero diferentes. Rhin me indicó con cuidado cada uno. -
- Pulsa amarillo espada – verde armas de fuego mosque – blanco
– lanza – naranja –Ese no
- ¿Qué es?
- Un detonador bomba.
- MMMM – Gracias por decirlo – sudé al oírlo. Apreté amarillo y
comenzamos a practicar.
Estuvimos una hora. Ella parecía una guerrera majestuosa, y como maestra fue ideal. Su seriedad de a momentos se mesclaba con cierta alegría sobre todo por mi progreso.
177
- Te mueves bien Júpiter, pero no debes adelantarte tanto. Si no
fuera porque eres un historiador, diría que eras un guerrero bien armado.
- ¡je!.¡Je!.. gracias, aunque es la verdad, no soy de habituarme
al manejo de armas. No tengo talento para ello
- No digas eso. El talento puede ser el realizar cualquier actividad
que sientas. ¿Eso es algo como sentimiento no?
- Bien dicho..
- ¡Ja! ¡ja!.. estoy aprendiendo también – Explayó Rhin. –
Entrada la noche cenamos en medio de la fogata que se armó con los leños. Había algunas raciones de comida cruda en embaces que parecían latas. Se calentó en el fuego mientras.
- Libia dice que esta delicioso – La pequeña demonio comía con
un hambre atroz. Seren estaba a mi lado y se quedó dormida, luego Libia. Llevé a ambas a la carreta. Su voz se notaba, pero pronto solo se oía algún ronquido de Libia. Eso me recordó a Gaia.
Las niñas se durmieron de prisa en la carreta en cuanto las bestias pastaban. Me dirigí a la fogata.
- Puedes ir a descansar Júpiter. –
- Pero tú deberías ir. No has dormido nada.
- No es problema – Sonrió. Ella estaba pensativa. – Debo llegar
con la princesa. Encontrarla ¿Y luego que haré con la misión? - Suspiró
- ¿Ocurre algo?
- ¡No!, ¡No!.. Nada en absoluto. Otra vez la noche tiene sus
lunas. – enunció ella.
- Asi parece – Respondí. – Ahora es increíble
- ¿Qué?
- Muchas obras, parecen antiguas, y otras muy avanzadas.
178
- ¿A qué te refieres?
- He visto ciudades tecnológicas con un gran desarrollo. Y otras
que parecen arcaicas con un sistema enclenque.
- Entiendo. Es porque en el sistema de las Pléyades, hay planetas
que han mantenido el clásico sistema, sin despojarlo de ello. Es una forma de darle libertad de elección y no perdición.
- ¿Elección, y perdición?
- Es cierto, carretas como esa tirada por animales – Señala el
vehículo – Naves que vuelan, otras que se arrastran en ruedas. De donde vine las ciudades son totalmente diferentes. Son murallas gigantes y todo se desarrolla desde el cielo. No existe tal. Todos los vehículos se manejan a motores. Las armas son similares aquí, pero la tecnología acabó con la tradición, y éste reino en el planeta quiere guardar eso. La tradición. Allí el concepto de libertad y perdición.
- Ya veo.
- ¿Tu tierra? ¿Carlomagno?
- ¿Carlo qué? …. ¡Ah sí..! No es tan acertado. Es como si lo
referente a lo clásico pasa a formar parte de lo obsoleto, sin
embargo, aún no llega a tener grandes avances.
- ¡Mmm!..Parecido a un planeta.. Muy, pero muy alejado de aquí
al que llaman tierra. alguien importante en mi vida ha estado allí.
Al escucharla, quise saber más, pero no podía comprometer mi identidad.
- ¿Y que vio?
- Había ido allí, por motivos personales, pero no podría contarte
más
- No hay problema. ¿Y esos que llaman saurios?
- Esos seres depreciables. Viven de forma precámbrica pero
tienen un poderío bélico impresionante – Confesó con cierto
179
odio cerrando su puño. Me alejé un poco con miedo en mi
rostro.
- ¡Ja! ¡Ja! Descuida. Tú eres un Amei. –
- Amei.—
- En nuestro idioma local, es amistad. Compañerismo. Cercanía.
- ¡Ahh! ¡Algo como amigo…!
- ¿Esa es tu palabra?
- ¡Woowww! – hice un bostezo y mis ojos se fueron cerrando –
perdona es que tengo mucho sueño.
- Descuida. –
- Es agradable esta plática – Dije – Es como aprender bastante
contigo.
- También me agrada. Nunca había pasado tiempo así –
Recordaba ella sus quehaceres de heraldo, y que nunca podía descansar. Tampoco tuvo la posibilidad de tener a un hombre a su lado y mantener una charla amena. – ¿Esa forma agradable es otro sentimiento?
- Claro
- Júpiter…¿Hay muchos sentimientos?
- Claro que los hay con seguridad. Entre los que te mencioné.
Esos sentimientos se producen y llevan a muchos estados.
- ¿Estados?
- Dime alguno – pregunto con curiosidad.
- Mmm.. – Pensé – Puede ser la amistad, el amor, odio. Ese no.
- ¿Es malo?
- Recuerdas lo que dije de los saurios..
- ¡Ahh Sí!..ese sería el odio.
- Claro.
- ¿Y la amistad?
- Amei.
- ¿En serio? – Se preguntó ella con el dedo índice en su labio
cavilando. – ¿Y el amor?
180
- El amor… ¿a ver? Es un estado que lleva muchos de esos
sentimientos. De amistad, de ternura, paz, cariño, de
atracción. Que puede ser en algo, o alguien - Dije
- ¿Y cómo te das cuenta de ello?
- Y ..cuando amas a alguien, algo. Piensas todo el día en ello. Te
vuelves como un tonto pero de una forma bella.
- ¿Tonto?
- Es como decir que haces cosas que están mal pero no con
malicia
- Un tolo.
- Bueno digamos algo como ello.
- pero siempre está pendiente de esa persona. Hace tu mañana,
tu tarde y noche. Irías hasta el fin del mundo con ella. Si la vez sonreír te sientes bien, y eres feliz. Es vivir como un sueño. Imaginar mundos en los cuales compartir y siempre con esa perdona.
- Dices persona…
- Si o como lo quieras llamar. Pero, no hay nada mejor que estar
enamorado – Dije mientras miraba las lunas. Eso nos da pasión, nos hace valientes, y nos anima a todo. Alguna vez en la vida se debe experimentar ello, por alguien supongo. – Opiné y Rhin me observaba detenidamente - ¡¡Oh!! ¡Perdón!.. no deseaba aburrirte.
- No, para nada – dijo ella un poco sonrojada, al contrario y
luego se calmó -¿Y tú te has enamorado?
- Claro.. y aún lo estoy.. No hay momento que no me haga feliz..
– Expresé sonriente sin dejar de pensar en Gaia. – Digamos
que es mi estrella a la cual quiero llegar y proteger.
- Ya veo – Dijo mirando el suelo y luego la fogata que se atizaba
sola. – Quisiera que pudiera vivir eso que sientes.
- Lo harás. Todos en algún momento de la vida lo hacemos. A
todos nos llega alguien al corazón que está en alguna parte del
181
universo. en mi tierra hay un dicho que dice que siempre hay
alguien a la vuelta de la esquina esperándonos.
- ¡Ja! ¡Ja! – Dijo ella y luego volvió a suspirar – Es bastante
extraña, pero está bien, supongo.
- Yo diría que es un verdadero milagro que merece ser
celebrado… ¡Woowww! -Bostecé con un poco de sueño – Te pido perdón –
- No te preocupes Júpiter debes descansar – Se alegra.
El cansancio del día hacia que se me cerraran los ojos y me fui desvaneciendo con cabeceo hasta acurrucarme en el suelo como un perro.
- ¡Hey Júpiter!..¿Sabes? – Ella preguntó y me vio dormido. –
¡Ah!..¡Te has quedado dormido. – Descubrió y acercó su mano a mi cabello. – Te vas a enfriar allí – me miraba con cierto agrado. Y colocó mi cabeza entre sus muslos. Mientras me dormía tímidamente. – Duerme, duerme. Duerme en paz…son tus sueños que viajaran -. Rhin cantaba una canción mientras acariciaba mi cabello – ¿No sé porque me late el pecho querido Júpiter?. ¿No sé porque me late el corazón? Tal vez sea eso…tal vez… dijo ellaque pronto cerraba sus ojos, para volver abrirlos…
Al acariciar cada centímetro de su piel se sintió conmovida. Sus muslos eran una almohada perfecta en la cual apoyar la cabeza de ese ser interesante. Era una sensación extraña. Como si esas palabras que Júpiter le transmitió fueran un regocijo de paz. Quizás deseaba en su interior que alguien. O mejor dicho esa persona estuviera a su lado. Nunca se alejara.
- ¿Sera ese el sentimiento del que hablaba éste ser extraño
semejante a mí? ¿Por qué? ¿Por qué debo tener dentro de mí esto?
182
Rhin al acariciar cada riso no podía quitarle la vista de encima. Su corazón fue el que palpitaba. Y su rostro sonrojado.
- Es reconfortante. – pasó su mano por los labios de un Júpiter
que parecía soñar y nombraba palabras desconocidas para ella. – ojala la noche durase una eternidad y yo pudiese siempre tener para mí, y para ti éste momento. ¿Júpiter? ¿Qué extraño eres?
Rhin suspiró al saber que no todo dura para siempre. Podría hacer que se repita cada vez que lo sienta. Cada vez que lo precise a sabiendas de que podría cometer un acto de delito, sin embargo no quería darle problemas a Júpiter de algo que él, ya conocía.
- Duerme. Duerme…duerme en paz…Danna...
Rhin se durmió apoyada en una roca sin soltar a Júpiter.
Si, ella se durmió completamente…entre sueños desperté… las niñas estaban allí.
Preguntaba ahora que estaba Rhini con nosotros ¿sobre lo misteriosa que es? A pesar de ello pensaba en las niñas. Ambas debían tener un pasado. Libia estaba sola en las cuevas como Seren en el bosque. No me atrevía a preguntar, pero si era consciente de que a veces la pequeña niña gato tenía pesadillas, llamando a sus padres. A pesar de ello, le he preguntado y ella contestó que no tiene. Libia en cambio no era muy explicativa refiriéndose a ella en tercera persona. Solo dice que fue enviada al pozo como ofrenda. No parece sentir miedo o angustia. Ni arraigo. De hecho desde que me vió por primera vez no se separa para nada a no ser que sea necesario. Seren al contrario es igual con eso de no querer dejarme, pero siento tu miedo a la falta de un protector paterno. Es por ello que no me molesta que me llame papa, aunque confieso que es gracioso. Libia también lo toma desde ese punto. Al fin y al cabo soy eso para ellas, por esa razón sería muy complicado darlas al cuidado de otros a quienes no
183
conozco. No obstante mi prioridad es Gaia en éste momento. Luego veremos qué haré con ellas. Por ahora soy su protector paterno. Y confieso que no está nada mal que a uno lo llamen padre. Va ser difícil alejarse. Algo de mí no quiere hacerlo, sin embargo tampoco pertenezco aquí. Júpiter ya deja de reflexionar y mejor duérmete. Si será mejor. Pensé.
Mikonos y los demás fueron rápido a la cercanía del sector G – sector alejado. El ir y venir de efectivos por la desaparición de la princesa estaba convulsionando todo.
- ¿Túqué crees? - Preguntó Tristán a Mikonos. -
- No sé a ciencia cierta, pero no debe ser nada bueno.
- ¿Parece que buscan a alguien? – Se pregunta Gregory.
- E importante – expreso Josefina
- Démonos prisa – Ya estamos llegando. Cucho dio aviso a
Caciope, para que estuviese alerta.
De inmediato señaló el sitio.
Caciope, abrió las compuertas escondidas en la puerta de arena interna cerca de un sector periférico de Urbanna. Todos se metieron sin causar sospecha en cuanto se volvía a cerrar.
- ¡¡¡Por fin!!!– Abrazó a Mikonos con alegría – ¿Dónde se habían
metido?
- ¡Tuvimos un viaje extenso!
- ¡Preséntame al grupo!.
- ¡¡Ao!! ..si.. Tristán ya lo conoces.. Gregory y josefina.
- ¡Un gusto!
- Un gusto – cumplimentaron.
- ¡Gracias….!
184
- ¿Falta alguien?
Todos pensaron en Júpiter.
- De hecho, nos falta un integrante. Necesito el comunicador
global.
- Vamos por aquí con Nemesio. Él sabe bien cómo utilizarlo.
¿Tienes idea de dónde se ubica?
- Sé que ha salido de Arkadia. Y posiblemente éste en Tsukue.
Su transmisor esta en luz rosa. Eso quiere decir que está bien. Y en el día de ayer recibí señal, e intenté establecer comunicación, sin embargo no hay manera.
- Júpiter tiene un problema grave. Es muy despistado – expresó
Gregory
- O idiota – Dijo Mikonos
- ¡¡¡No seas así!!! Podría estar en peligro.
- Por eso, me preocupo – Gritó Mikonos. – ¡¡Mejor que responda
y cuando lo vea me va a oír!!
- ¡Je! ¡Je! Tranquilo aparecerá – Caciope.
- Si, él, es un tipo inteligente – Comenta Tristán – En la sala
Hades – se percató de mí desde un principio. Habrá armado un
plan con seguridad.
- Confiemos en ello.
Medios oficiales indican que la princesa Gaia ha desaparecido. Todo indica que puede ser un secuestro según fuentes principales del gabinete real. El premier se ha reunido con la comitiva del imperio saurio y su alteza para tomar medidas….Ampliaremos información.
- ¿Por qué dijiste que fue un secuestro? – Reprime con enfado el
premier con una pregunta al monje.
- Porque sería una incompetencia terrible de nuestra parte el
mencionar que ha huido del palacio con una mega seguridad.
185
- ¡Tranquilos! Todo se solucionará. Dejen que mis súbditos la
encuentren. Ya sabemos a dónde se dirigirá.
- ¿Los pantanos?
- Usted mayor premier es todo un sabio – Se ríe con
maquiavélica sonrisa. La encontraremos y la llevaremos al reino saurio. – Expresa el príncipe Saurio.
- La boda será un éxito.
- Y su majestad y la reina.
- De ellos me encargo – Propicio el monje – están a mi merced.
- Bien. Eso facilita las cosas.
- Orwen ya estará cerca – Dijo él.
El espía había seguido a Rhin. Tenía una orden de solo ser observador ante todo. Entre las tinieblas se maneja minuciosamente formando parte del grupo de mercenarios que eran una elite privada del monje. Para los experimentos estaban sus magos imperiales. La idea principal fue y será el reino de las Pléyades. La princesa solo es un señuelo para luego liquidarla. Esa era su idea y los saurios estaban de acuerdo. Luego de proclamarse en la galaxia irían por otros espacios adyacentes. Su coartada es plausible. Y el sistema solar sería el próximo.
Una dama de túnica sale de los suburbios de Tsukue. La princesa veía en una pantalla grande la orden.
- Debo llegar con Luna. Si logramos rescatar los pactos y los
llevamos al consejo interplanetario podremos detener todo esto. – Gaia estaba un tanto alterada por el revuelo. No podía depender de su padre y madre.
- Ya te he dicho que no debes desobedecer. El matrimonio es una
realidad – Fue la voz imperativa de su padre.
- Pero los pactos son una mentira.
- Silencio
- Gaia, hija..es ppr el bien de todos – Dijo su madre.
186
Gaia recordó ello sin más imágenes. Quería usas su arma del tiempo leyendo los átomos pero le era imposible. El llamado laplace estaba prohibido dentro del cinturón de las pleyades y su pena judicial era la muerte. No tenía remedio debía llegar con Luna.
Al despertar Seren estaba con una ramita jugando con una pequeña mariposa. Mi primer bostezo fue muy claro. Me había quedado dormido cerca de la fogata junto a Rhin que no estaba. Posiblemente se despertó ella primero. Tampoco se encontraba en los alrededores. Me incorporé y preparé un fuego rápido.
- ¿Tienes hambre Seren?– pregunté. Supuse que querría
desayunar ella
- ¡¡Sii!! – Vino a mí a abrazarme. Ella es demasiado cariñosa. Y
como es una semi-humano me gustaría saber más sobre su vida. Cuando la encontramos con libia. Era como un animal salvaje temeroso. No habla mucho, pero sus capacidades son de una niña. Libia en cambio es un poco más madura, aunque también me intriga su pasado. Sola en la cueva en la cual estaba infestada de esos gusanos. Al tener el fuego listo coloqué unas raciones de comida instantánea y sopa. Aquí en diminutos objetos lograron hermetizarlos y mantener su refrigeración. Era como llevar un refrigerador ambulante en el bolsillo. Libia ya estaba despierta.
- ¡Libia tiene hambre!...libia huele algo delicioso.
- Ya..casi esta… - Les dije ambas vinieron a mí. Les pasé un plato
a cada una para que pudieran comer.
- Es..esta deliciaa.. – Dijo Seren con la boca llena. Libia fue más
discreta.
- Libia dice que no se come con la boca llena. – Regaña a Seren.
Claro seguro que era que tiene un poco de celos de ella. Ambas comenzaron a pelear en un juego de palabras ininteligibles para
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el entender de mi cerebro. Era tal que me parecía pesado el
oírlas – ¡¡Bueno, ya es suficiente!!
- Nooo.. – me observaron con enfado. -
- ¡No discutan!!. – les dije e hicieron un berrinche ambas. – por
cierto Seren ..¿Dónde está Rhin? Se enfría su comida.
- Ju..Júpiter – Y me señaló a mi – Rhin está cerca del… la..lago
- Bien…iré por ella…nada de pelearse..¿De acuerdo? – las dos
asintieron y ambas lanzaban chispas de sus ojos.
Fui caminando desde un barranco hasta localizar un bosque tupido. Seren dijo que estaba en un lago. Comencé a llamarla.
- Rhin!!!...¡Rhin!...el desayuno se encuentra listo…Rhin!!! Se
enfriará
Al caminar por unos arbustos pude ver el lago. Allí corrí el plantío. Caminé en su alrededor. Y pude verla. Estaba en la orilla lavándose.
- ¿Rhin? - me pregunté. Estaba completamente desnuda. Tenía
unas cicatrices en su espalda como de látigo. Su figura se marcaba como perfecta. Su mano iba mojando su extenso cabello marrón. Y su cuerpo se asemejaba al de Gaia con una talla bien definida en su cintura. No tenía el busto prominente de Gaia. Sus piernas atléticas se definían. Los soles o estrellas la alumbraban entre las gotas que caían en sí. –¡¡ Wow!! –
Sacudí mi cabeza de la lívido - No seas estúpido Júpiter.
Piensa algo asqueroso. ¿A ver?¿Algo asqueroso? Recordé un día de tarde de calor a mi vecino antipático desnudo con su Panza escapándose y una lata de cerveza en un verano de terror – wacalaa..Eso es asqueroso – ladee la cabeza - veamos otra cosa – y su cuerpo se transformó en algo bello. El de ella y luego el de Gaia – ¡¡Oh… Noo!! No puedo pensar.
Al darse la vuelta luego de lanzar un bramido de agua sacudiendo su cabello me avistó
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-¿Eh? – Dijo sorprendida -eh? – dije sorprendido.
- ¡¡¡Ahhh!!! – Se espantó
- ¡¡¡Aahh!!...Lo siento – Grité y me valió un golpe en el rostro. Al regresar las niñas veían mi cara marcada. –
- ¿Qué paso? – Se preguntaron. -
- Eso te pasa por pervertido – Aclaró enfadada Rhin.
- Lo siento. Fui a buscarte.
Ella levantó la nariz de enfado.
- Eso no me importa. Te me quedaste viendo
- ¡Oyee! ¡¡Tengo miopía..!!
- ¿Mioo quee?
- Es..como una enfermedad de la visión..Cuando no vez desde
lejos.
- ¿Ceguera extensa?
- ¡¡Ehh…!! - Sip… Supongo – Me rasqué la cabeza dudando.
- Libia también es miope..
- Yo.. yo también..
- ¿Ustedes no ven bien – Al decirlo, pensé. Quizás nunca fueron
al médico. Me lamenté un poco por determinar de ello la clase
de vida que han tenido estas niñas.
- Hoy deberíamos tomar camino nuevamente Júpiter. Mientras
más rápido lleguemos a la ciudad mejor. Permanecer aquí sería peligroso.
- Si, entiendo. Es bueno tener el vehículo.
- Iremos descendiendo, por uno de los barrancos. – Rhin, había
abierto una pantalla táctil que se veía como un marcador de esos juegos de video que mantienen las estadísticas. Delante de ello el mapa con una topografía avanzada. Ella iba señalando
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cada punto específico. Luego de ello nos preparamos para continuar.
En el laboratorio dentro de los confines pantanosos una doctora estaba realizando un estudio por intermedio de su computadora y utilizándolo con cobadies. Ratones semejantes a los mamíferos de la tierra. Dentro de una gran jaula, había variedad de ellos.
- Bien veamos si funciona. – Introdujo un líquido sobre aquellas
criaturas, pero no daba resultado alguno. Había pasado toda una noche en vela intentando por razones químicas descubrir un elemento faltante para su pócima de desaparición. En su laboratorio había grimorios, libros de la ciencia perdidos, quimia, alquimia, magia, computación avanzada. Todo era una sucesión de elementos que se entremezclaban y ayudaban al avance.
Su radio móvil individual sonaba sin cesar.
- ¡Luna!..Luna!! – Cambio.-Ella fue de inmediato a verificar –
- ¿Gaia? Eres tu
- Sí, estoy en las afueras de Tsukue.
- ¿Cómo has llegado? ¡Ah..no me digas!..¿Te escapaste por el
subterráneo e hiciste una tele transportación?
- Algo así, pero con el portal escondido en la cueva.
- Entiendo, pero es peligroso.
- Si permanecía allí, sería peor. Un grupo de contingentes de los
saurios ha llegado al palacio.
- ¡Dios!.. no estaba al tanto…debes escapar..
- Iré hacia ti..pero no puedo usar tele transporte. La señal sería
una forma de que me descubrieran.
- Escucha Gaia, sal de la ciudad. Enviaré un chofer en forma de
insecto con un cifrado de código para que puedas llegar a mí.
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Te refugiarás aquí. El chofer ira de inmediato. Espéralo en las
afueras de Tsukue.
- ¿Puedo ir al desfiladero?
- No, es peligroso…Los fenrirs y los arios está allí al acecho.
- Luna, no puedo permanecer mucho tiempo aquí. La búsqueda
se ha intensificado.
- Déjalo en mis manos…debemos cortar antes que se produzca
una señal intermedia. Tú, aguarda dentro el bloque sud.
- Perfecto, esperare. Cambio
- Cambio
Luna preparó rápidamente una maquina pequeña en forma de mosca. Tenía un visor perfecto de búsqueda, para que pudiera encontrar a Gaia, antes que los llamados militares del reino.
Veníamos avanzando a paso veloz. Rhin se propuso indagarme, aunque no parecía que fuera a querer sospechar de mí, sino todo lo contrario, quería saber de cómo un amigo. Las niñas descansaban. Era impresionante como dormían ellas. Tanto un demonio, como un semi-humano.
- Entonces, ese reino al que llaman Carlomagno, queda a las
afueras de las Pléyades – dijo
- En efecto, unos cuantos años luz –
- Me gustaría visitarlo.
- Es un lugar interesante. – Como no sabía que inventar,
comencé a hablar de ello como si fuera la tierra misma. – Tiene
una amplia variedad de bosques, desiertos, pueblos, ciudades.
- ¿Tú vives en ciudad?
- Sí, mi casa, es un lugar aledaño a otras casas. Como decir un
departamento.
- Parece divertido.
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- Más o menos, todo depende de cómo se lleve uno con los
demás vivientes a los que llamamos vecinos. – recordé a todos los locos locas que vivian, y mis amigos –
- Tus padres, te criaron bien. ¿A que se dedican?
- ¡¡Estem..!!
- ¡Perdón..!! No debo meterme mucho en ello.
- No, no es problema…mi padre es arqueólogo y un fanático de la
astronomía.
- ¿En serio?
Su rostro se iluminó.
- Ehh..si es un ratón de biblioteca como le decimos allí en la
Carlomagnia. – Por un momento me sorprendió que supiera de ambas profesiones. – Mi madre es detallista de botánica. –
- ¡¡Wow!!
- Aquí la arqueología es muy importante, y mucho estudiosos del
universo contemplan en las noches las estrellas. Y la botánica
es una forma de sustentar el gran Árbol mágico.
- ¿Árbol mágico?
- Si es el gran árbol que sostiene al planeta.
Cuando lo menciono, supe que era ese gigante roble antes de aterrizar con la nave dimensional. –
- Es impresionante - Dije como si conociera –
- ¿Cuéntame más?
- Bueno…Es bastante agradable. Ellos viven a las afueras de la
ciudad en un pueblo con mi hermana.
- ¿Tiene hermanas y hermanos?
- Si ella es un poco caprichosa, y mis hermanos un tanto
distantes, pero son buenos.
- ¿Qué bello eso no?
- ¿El tener hermanos?
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- No, me refería a eso de tener una familia. De ser unidos.
- ¿Y tu familia?
Ella hizo una pausa.
- No sé si te he dicho…soy huérfana. Nunca conocí a mis padres.
Tengo a mi hermanastra, pero como te había mencionado, me criaron para vivir sin tener eso que llaman sentimientos.
- No importa. Ya te lo he dicho. Los sentimientos siempre
existirían. Solo recuerda como vivías con tu familia adoptiva. Y esos buenos momentos.
- Tienes una bonita manera de ver todo Júpiter. Nunca he podido
tener una plática así como la que estamos teniendo. El tiempo parece que hubiera desaparecido en mi.
- El tiempo siempre existe. No digas eso. Es de ti. El como
quieras aprovecharlo.
- Supongo que tienes razón. ¿Y eres historiador?
- Si, trabajo de ello.
- Debe ser divertido.
- La historia tiene lo suyo. Todo está aferrado a la historia. Este
paisaje, nosotros, mis sobrinas. La carreta. El mundo, los mundos, el universo. todos y cada uno de nosotros tenemos algo que narrar, algo que decir, algo en la memoria a la cual escribir una historia.
- Es muy poetizo.
- ¿Poetizo?
- Si son esos seres que dedican a dar palabras a sus papeles.
- ¡¡Uff!!..Poetas..
- ¿Así les llaman?
- ¡¡Sí!!…Hay muchos allá..
- ¿Y tiene aroosadda?
- ¿Una aroosadda?
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- ¡¡Ja!! ¡Ja! ¡Ja ¡Ay! ¡Perdón! – Se sonroja - Es que sé que es
personal
- ¿MMM? ¿No entiendo?
- Es la persona con la que estas unido. Es del otro sexo, como
decirlo.
- Ahh..comprendo..¿novia?
- ¿Le llaman así? Qué mundo amplio Carlomagnia.
- Si, asíes como les decimos.
Ella me observó para saber si respondía
- Bueno.. – pensé en decirle, pero sin mencionar a Gaia –
Digamos ¿Que tenía, pero ahora no se?
- Tienes allí, un anillo..aquí se suele tener..
- Es que han pasado situaciones.
- No te preocupes. No indagaré en ello – Dijo. Mientras yo
agachaba la cabeza, pensando en Gaia.
- ¿Ahora, y tú?
- No me lo he permitido.
- Debes hacerlo calculo
- Es que es difícil que alguien aparezca.
- Ya aparecerá. A todos como te he dicho nos llega la
oportunidad de conocer a alguien que hace del mundo algo único e irrepetible. – Al expresarlo, observaba al frente mientras tenia las cuerdas de las bestias que movilizaba. Ella se me quedo mirando fijamente, sin expresarse. Ese rostro me
llevó a colocarme en una situación incómoda –
¡Estemm!..¿Ocurre algo?
Ella ladeo la cabeza
- ¡Mmm!.. ¡No no…..! – explayaba, ladeando negativamente -
¡Sabes Júpiter!.. – Sonríe Rhin.. –
- ¿Dime?
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Ella observa el cielo de nubes color blanco y otras rojas, y otras amarillo con los soles..
- Quisiera que esto nunca termine.
- Dices el viaje..
- El viaje.. nuestra platica. ¿Pero supongo que el tiempo se
encarga de ello no? De transcender, continuar como nuestras vidas
Proseguimos, hasta encontrar un lago para poder dejar descansar a las bestias. Me saque el cinturón, ya que me apretaba bastante. Y fui a lavarme el rostro. Un pitillo sonaba de mi arma multiuso. No le presté atención. Rhin subió a una lomada. A unos kilómetros terrestres, se veía Urbanna.
- ¿Libia pregunta si ya llegamos?
- Ya casi estamos en a ciudad, pequeña – responde Rhin. Seren
llegó para abrazarla. Ella le devolvió el abrazo y sonrió. De alguna forma Rhin se encariño con ellas y conmigo – Luego deberé separarme de ellos. No es algo que desee, pero debo encontrar a la princesa y protegerla de esos terroristas monstruosos que vienen de la tierra. -
Las niñas fueron corriendo al lago jugando, y decidí encender una fogata un poco a los lejos. Rhin se acercó a donde mi cinturón estaba, el pitillo lanzó una voz.
- ¡¡Júpiter!!..¿Me oyes?— Tontoo Soy Mikonos. Todos estamos en
Urbanna. Tu transmisión me dice que ya estas cerca de aquí.
Te esperará Tristán para llevarte a la base.
- ¿Qué es esto? – Expresó Rhin extrañada
- Júpiter. La ciudad es muy peligrosa, sobre todo para los
terrícolas. Sabrán pronto quien eres. Gaia ha escapado y la buscan por doquier. Y nos mataran a todos. La comitiva de los saurios está aquí. Espero escuches el mensaje. Josefina y
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Gregory están a salvo. Debemos reunirnos y encontrar la princesa Gaia. ¡Recuerda es peligroso! Nos consideran terroristas..Repito, erroristas.. ¡Cambio! - Espero este idiota lo escuche.
- Lo hará ya tiene la señal.
- Si lo coloque en modo grabación. No debe tener su cinturón.
- Y si se lo hubieran robado.
- Imposible. Ese dispositivo está hecho para que solo pueda
utilizarse por nosotros y nadie más, se hubiera apagado de forma automática. Tiene los registros de Júpiter.
Rhini, se colocó contra la pared, al oír ese mensaje, comenzó a ponerse nerviosa.
- ¿Entonces?..no, no puede ser. Él no puede ser el terrorista de
la región de bosques de Arkadia, aunque, ahora que lo recuerdo en la dirección que venían ellos. Era desde allí.
- Debes destruir al terrícola que viene por la princesa. Viene por
la vida de la princesa.
- No, no puede ser. …¿Júpiter y las niñas no?
Pronto tomo su radio y envió un mensaje de datos e investigación.
- Esteve –cambio
- Si, capitana –
- Quiero que averigües un dato sobre un lugar llamado
Carlomagnia y sobre un nombre llamado ¿Jupiter? Y unas
niñas..seren y libia. -
- En minutos.
La información precisa, llegó rápidamente.
- Capitana. No tenemos registro de tal planeta, región, ciudad. Ni
nada. Solo se registra que se trata de un rey de un continente en la tierra. pero un rey antiguo. El nombre Júpiter se registra en una base de datos. La niña Libia es demonio, de la tribu
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makou y la niña Seren es un semi humano de los nekos y
canes. El clan de los gatos y perros.
- ¿Soy una tonta como no investigue primero?...nooo..noo – Ella
estaba convulsionando. Estaba con un enfado y al mismo tiempo triste.
La imagen se envió pronto a la pantalla de ella. Ella absorbió los datos. Mi foto estaba allí con todos mis datos.
- Capitana hay otro dato más..Se asemeja.. Un nombre..El de la
princesa.
- ¿Casado con Gaia Justina? – Ella se empezó a poner nerviosa –
No puede, no, no puede ser..¿No puede ser,Júpiter es mi
presa? – Ella veía como estaba agachado riendo con las niñas. -¿No?..No ..¿por qué él? ¿por qué justo él?
Ella se lanzó a correr lejos de ellos. Corrió como nunca. No por miedo, ni desesperación, sino por rabia. Era la primera vez que se sentía mal de esta manera. La capitana. La asesina a sueldo, no tenía intención de completar un trabajo, pero por el bien del reino y su adorada princesa, debía hacerlo.
Al llegar veía mi cinturón en el suelo, pero no me percaté del mensaje. ¿Esperen, un mensaje? – Me dije. _ Las niñas vinieron corriendo jugando
- ¿Y Rhi..Rhin?..
- ¿No lo sé? Supongo que estará en alguna parte..Debemos
preparar algo de comer para cuando venga.
- ¡¡¡Siiiii!!! – Aclamaron las niñas.
Rhin,se escondia, cerca de un árbol golpeándolo con sus puños, por el odio que le generó. Era ese el sentimiento y luego la impotencia.
- ¡¡¡Maldición!!!, ¿Por qué? – recordó la mirada alegre de Júpiter
y luego las pequeñas, y luego Júpiter y sus palabras. -
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- Debes aniquilar al terrícola y los demás.
- Lo siento Júpiter y sacó sus cuchillas. Pero tu viaje debe
terminar aquí -desde el filo de una navaja se veía sus ojos amarillos, y listos para tomar una presa…