"Robert no se molestó en responderle y se dio vuelta para irse. Ya había terminado de explicar que estaba casado y además, no estaba ni un poco interesado en ella.
—¿Adónde crees que vas? —preguntó Seraphina a Robert—. Si te atreves a irte sin complacerme hoy, prometo que le diré a Francisco que me violaste —amenazó. Cuando él detuvo sus pasos, Seraphina sonrió—. No tienes elección, Robert. Solo compláceme una vez y ya no te molestaré más —agregó mientras esperaba su respuesta.
Robert la miró para hacer contacto visual, su mirada tan aterradora le puso los pelos de punta.
—Y si tú no me dejas en paz, le diré a Francisco que me has estado molestando durante mucho tiempo. ¿Crees que él no ha notado las miradas que me has estado dando? Francisco no es tan tonto, Seraphina.
Seraphina resopló, apartando la mirada de él antes de que sus ojos volvieran a posarse en él.