"¿Entonces dónde podría estar? —preguntó Daniel sin dirigirse a nadie en particular—. ¿Quizás deberíamos entrar en la selva?"
—Esa no sería una buena idea. Ya es tarde en la noche y estoy seguro de que los animales salvajes ya han comenzado su caza —respondió Edward.
—Entonces, ¿qué hacemos? Sabemos que Adrian pasó por esta ruta, pero luego desapareció de repente como un fantasma —dijo Daniel.
—Esto fue lo mismo que ocurrió el día que lo seguimos, desapareció de repente —dijo esta vez Felix.
—Esperemos unos minutos más, si no vemos nada sospechoso, podemos irnos —sugirió Edward.
—¿Irse?! ¡No podemos irnos así como así! —Daniel se opuso a la idea.
—Lo sé, pero ¿qué podemos hacer? ¿Deberíamos entrar en la selva? Ni siquiera sabemos a dónde conduce ni que hay una gran cantidad de animales salvajes allí —respondió Edward.
Daniel soltó un suspiro de impotencia. Si tan solo supieran que Erika estaba en la misma selva que estaban observando y Adrian también.