—¿A quién trato de engañar? Si salto desde aquí, estaré muerta —pensó Monica para sí misma.
Monica decidió esperar hasta llegar y pensar en formas de salir del coche antes de que Jake intentara hacerle algo.
Al poner su teléfono de nuevo en su bolso, sus manos tocaron una lata de spray. Sorprendida, palpó el cuerpo de la lata hasta que recordó qué contenía, spray de pimienta. Suspirando internamente, Monica sonrió y calmó sus nervios. No podía usar el spray en ese momento ya que aún estaban en la carretera porque podría provocar un accidente.
Jake notó que Monica de repente se había quedado callada y pensó que había aceptado su destino de estar con él. Sonriendo como un tonto, decidió poner música en vivo para llenar el aire.
Monica sintió que la velocidad del coche disminuía y sonrió para sí misma.