—No tomaremos mucho de su tiempo. Su ama está ocupada. La vi con su esposo, todavía disfrutando de bailar con él. Simplemente estamos ansiosos por conocer mejor la belleza de otro reino —otro informó.
Así que estos dos sabían que ella estaba con la Reina de Megaris pero aún así se atrevieron a detenerla.
—Todavía tengo que estar allí —Oriana avanzó pero uno de los hombres sostuvo su mano. Ella apartó su mano de un tirón y lo fulminó con la mirada, advirtiéndole que se mantuviera alejado de ella.
Ambos se sobresaltaron ante su mirada, pero la encontraron divertida y no quisieron renunciar.
—Qué mujer jóven tan vivaz. Estoy seguro de que eres tan hermosa que tienes que usar este velo para cubrir tu cara. Pero incluso si eres fea, no nos importa.
«Borrachos idiotas» maldijo en su mente, caminó adelante en ese pasillo para alejarse de ellos. Discutir con ellos no servía de nada. Todo lo que quería era evitar golpearlos y causar un revuelo.