Park Moon y Mukahi Motoki se encontraban frente a frente con el segundo creyente.
El primero (Park Moon) se sorprendió de que fueran invitados a pasar justo cuando estaban a punto de forzar la puerta de la habitación.
Mukahi Ren los miraba como si ya los hubiera estado esperando.
Park Moon se puso en alerta al notar esto.
"Veo que los dos han venido a verme ¿puedo saber el motivo?". Preguntó Mukahi Ren con un tono de respetuoso.
Internamente descartó que la persona que trajo el tesoro sagrado de su iglesia fuera el enviado de Dios.
La evidencia era más que obvia. Park Moon era un chico.
El enviado de Dios era de género femenino.
Desconociendo todo esto, Park Moon pensó en todo lo que sabía acerca de Mukahi Ren.
En el primer volumen de la novela Mukahi Aori puso en riesgo su propia vida con tal de despedirse una última vez de su padre.
Este supuesto padre había entrado en un coma irreversible para ese entonces.
No pudo escuchar la voz de su hijo cuando este le decía que tenía que irse lejos.
Los zombis de nivel 1 asaltaron el hospital general de la ciudad M justo después que ocurrió esa despedida.
Solo sería hasta el final de la novela que Mukahi Aori regresaría su ciudad natal.
Lo primero que hizo fue visitar el hospital donde tuvo que abandonar a su padre en estado de coma.
Mukahi Aori se encontraría con la sorpresa de que, del cuerpo de su padre, rastro no había.
En la camilla del hospital solo quedaba la ropa que llevaba el día que se despidió de él.
'Algunos fans de la novela hicieron teorías locas respecto a ello'.
Park Moon en su momento fue parte de esa multitud.
Pero luego maduró como lector y comenzó a sacar teorías mejor fundamentadas.
'Olvidémonos de todo eso y mejor enfoquémonos en el presente'.
Park Moon concluyó que la razón por la que Mukahi Ren parecía saber que iban a venir era porque actualmente estaba asimilando la Lágrima de Dios.
Pensó que, tal vez el segundo creyente había desarrollado algún tipo de percepción extrasensorial a este tesoro sagrado.
Park Moon no podría estar más en lo correcto.
Pero con lo que no contó, fue que este segundo creyente era persona bastante particular.
"Este humilde servidor de Dios pide que se presenten". Dijo de forma sorpresiva Mukahi Ren.
Su doctrina religiosa lo obligaba a actuar majestuosamente incluso cuando todo su mundo se le viene encima. Mukahi Ren no mostró ningún rastro de estar pasando un mal momento.
Estaba recibiendo a Park Moon y a Mukahi Motoki como el implacable segundo creyente de la deidad de la Compasión.
Park Moon recordó la descripción del segundo creyente que había en el diario del primer creyente. Se mostró algo cauteloso ante la identidad de esta persona.
'Este tipo realmente se creía en esa fachada de persona importante'. Pensamiento de Park Moon al momento de observar a Mukahi Ren actuando como en el guion de una película.
Park Moon se preguntó si Mukahi Motoki se lo había creído.
Entonces Park Moon volteó a ver a Mukahi Motoki. 'Resultó que el tipo tenía algunas neuronas y vio a través de la fachada de su tío'.
Al cruzar miradas, Park Moon y Mukahi Motoki decidieron seguirle el juego a Mukahi Ren.
"Mi estimado segundo creyente de la deidad de la compasión rendimos respetos a su persona".
Dicho esto, ambos bajaron la cabeza en señal de respeto y procedieron a presentarse.
"Mi nombre es Park Moon y este mi compañero Mukahi Motoki".
"Ambos vinimos en busca de respuestas de su parte".
Mukahi Motoki no quiso quedarse atrás con las presentaciones, así que soltó el comentario de que estaba buscando un tesoro familiar perdido.
Al concluir con las presentaciones, los ojos del segundo creyente se oscurecieron brevemente.
Tal parecía que la parte del tesoro familiar perdido movió algo dentro de él.
Mukahi Ren rápidamente recobró la compostura y centro su atención en lo que creía que eran las personas más geniales que haya tenido el gusto de conocer.
La forma en la que este joven y su sobrino se presentaron irradiaba una majestuosidad que superaba a creces la suya.
Era como si un príncipe heredero de todo el mundo estuviera acompañado de su humilde caballero.
Si Mukahi Ren se comparaba con ellos, tal vez no sería más que un humilde lacayo que sirve a otro reino.
"Definitivamente la generación más joven siempre es mejor en esto". Comentó en voz baja Mukahi Ren.
Entonces sus ojos cruzaron con el colgante en el cuello de Park Moon.
"Cualquiera que cargue con la reliquia sagrada de nuestra iglesia es merecedor de cualquier respuesta".
Al escuchar esto Park Moon sonrió en silencio y pensó que valió la pena seguirle el juego.
Mukahi Ren se mostró sorprendentemente cooperativo con Park Moon y Mukahi Motoki.
Les entregó de primera mano la ubicación del mapa del quinto creyente. Un documento en el que su viejo amigo el quinto creyente estuvo trabajando por años y que luego tuvo que ocultar en la base central de su iglesia.
"El mapa que están buscando está en la base central de nuestra iglesia. Hicieron bien en buscarme, ya que solo los creyentes conocemos su ubicación exacta".
"Deberán dirigirse a la Capital de la Nación y escalar a la cima del rascacielos más grande".
"Mantener la guardia siempre alta, esa ciudad está bajo el encanto de las enredaderas que no se rompen con facilidad".
"Aquí les entregó un par de instrucciones para que no se pierdan en el camino". Mukahi Ren les hizo entrega de un papel que contenía todo lo que necesitaban saber para llegar a su destino.
Al conseguir lo que estaba buscando, Park Moon ya no vio la necesidad de seguirle el juego a Mukahi Ren.
Relajó su rostro y dio un pequeño suspiro de cansancio.
Con una pequeña sonrisa, Park Moon comenzó a irradiar un aura angelical. Estaba de buen humor.
El príncipe heredero de todo el mundo se convirtió en un ángel protector frente a los ojos de Mukahi Ren.
"Muchas gracias por tu ayuda". Dijo Park Moon.
Mukahi Ren quedó aturdido con el yo natural de Park Moon. Una vieja promesa del pasado lo obligó a actuar en este momento.
"Espera, antes de irte, ¿podrías darme más detalles de tu cruzada?". Mukahi Ren quiso ser de más ayuda para este ángel protector.
La palabra 'cruzada' vagó por la mente de Park Moon por un momento antes de entender su significado.
Después de pensar en cómo responder a la curiosidad del segundo creyente, Park Moon finalmente encontró las palabras apropiadas que decirle.
"Estamos en búsqueda de un tesoro oculto debajo de la ciudad S".
La palabra 'tesoro' resonó por la cabeza del segundo creyente.
"Entonces creo que todavía te puedo ser de ayuda". Mukahi Ren se preparó para revelar un pequeño secreto que tenía a la mano.
"Si es de tu interés. Además del mapa que estás buscando, en la sede central de nuestra iglesia hay otro pequeño tesoro".
"Uno que te permitirá desvelar los poderes del pasado".
Mukahi Ren le pidió a Park Moon que acercara un poco para darle un pequeño dibujo que hizo de dicho tesoro. Una misteriosa joya incrustada en una extraña pintura.
"Si el destino así lo quiere, nos volveremos a ver". Se despidió Mukahi Ren luego de entregarle el dibujo.
Park Moon entendió el significado de esas palabras y asintió con la cabeza.
"Estaré esperando ese día". Dijo Park Moon antes de dirigirse a la salida de la habitación.
Mukahi Ren ya no los molestó más y los dejó ir.
Cuando Park Moon y Mukahi Motoki abrieron la puerta para irse, se encontraron con alguien que les bloqueaba el camino.
"Quiero acompañarlos en su cruzada". Dijo firmemente Mukahi Aori, quien de alguna forma había logrado perder a los de seguridad y escuchar el contenido de su conversación.
____________________________
Nota: A veces si amas algo, mejor déjalo a ir.