La mente de Noah se oscureció por un instante. Cuando recuperó su conciencia, se encontró tumbado en el suelo rojo oscuro del pasillo.
Humo salía de su espalda, y una sensación de hormigueo llenaba su piel. Aun así, no podía ver ninguna herida. Incluso su bata estaba bien y sin un rasguño.
—¿Qué es exactamente lo que ha pasado? —Noah se preguntaba mientras revisaba de nuevo su cuerpo.
Su agujero negro giraba más rápido de lo normal, pero no podía encontrar nada extraño dentro de él. Ni siquiera se sentía adolorido. Todo estaba bien, e incluso su cuarto centro de poder pronto comenzó a funcionar a su ritmo regular.
Noah no recordaba exactamente lo que había sucedido. Recordaba un destello de luz naranja antes de que la oscuridad llenara sus recuerdos. Esas pistas solo podían llevar a una conclusión, pero esa idea era descabellada.
—Eso es imposible, ¿verdad? —Noah pensó mientras se giraba hacia el agujero.