Los planes de Noah con su materia oscura no se limitaban a una imitación. Según lo que había entendido de su energía superior, podría llegar al punto en que pudiera crear su propio mundo en algún momento.
Por supuesto, eso era puramente teórico. Noah solo había logrado copiar los rayos de la Tribulación del Cielo, y su trabajo con el cuerpo del Compañero de Sangre estaba entre la pura creación y la imitación.
Noah estaba creando partes del cuerpo que ya existían en otras bestias mágicas y construía tejidos completamente nuevos cuando no encontraba algo para imitar. Su experiencia con la energía superior era lo que dictaba sus elecciones.
Imitar era más fácil, y Noah podía crear tejidos que ya había estudiado en el pasado. La pura creación, en cambio, era desafiante y requería pruebas para ver si sus productos funcionaban como se pretendía.