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Noah sintió un latido en su mente mientras la fuerza comenzaba a abandonar su cuerpo. Estaba completamente agotado, y su dantian también estaba vacío.
Otro latido resonó en su interior, y su cuerpo comenzó a revertir a su forma humana al escuchar ese sonido. Forjar la espada había completado su individualidad y había interrumpido la transformación, ya que su existencia había dejado de esforzarse por alcanzar ese estado perfecto.
El compuesto no agregó nada a su cuerpo. La forma del Dragón Maldito siempre había estado allí, pero Noah la había comprimido a propósito en una forma humana. La energía primaria que se había reunido dentro de él bajo las órdenes de su esfera mental solo había enfocado su dantian, ya que no había nada más que mejorar.