Zhou Hengfeng acababa de regresar a la Familia Zhou.
Después de la atención de primeros auxilios del criado y de Padre Zhou, el Viejo Maestro Zhou ya había despertado de su coma. Sin embargo, su espíritu claramente no estaba bien y parecía mucho más viejo. Al ver regresar a Zhou Hengfeng, empujó a Padre Zhou, quien le estaba dando agua, y trató de sentarse. —Hengfeng, has vuelto. ¿Cómo ha ido? ¿Están dispuestos a dejar ir a Zhou Wei?
—Papá, acuéstate rápido. No te muevas. Tu cuerpo... —Padre Zhou lo sostenía preocupado al lado, temiendo que se cayera.
El Viejo Maestro Zhou lo ignoró y se quedó mirando fijamente a su hijo menor con sus ojos turbios sin parpadear. —¿Cuándo están dispuestos a dejar volver a Zhou Wei?