El corazón de Zeke tembló al ver a una mujer de cabello plateado de pie a varios pasos detrás de Ruka. Todo su ser se congeló al verla. Era como si no pudiera creer lo que sus ojos estaban viendo. Por un momento, todo en él –su latido del corazón, su mente, cada uno de sus sentidos– dejó de funcionar y estaba en estasis.
Hasta que parpadeó fuertemente varias veces para aclarar su visión. No puede ser... esto era... simplemente imposible...
Creyó que sus ojos debían estar jugándole una mala pasada. Debía estar extrañándola tanto que su mente había conjurado una imagen muy vívida de ella, ¡hasta el punto de que estaba escuchando su voz! Esa era la única explicación lógica que podía pensar justo ahora. Y sin embargo... todo dentro de él parecía comenzar a temblar. Solo su visión sacudió su mundo entero al instante. Fue como una explosión de una miríada de emociones que lo llenaban. Asombro. Emoción. Impacto. Confusión. Duda. Ansiedad. Y... amor abrumador.