Kelly soltó una risita suave pero humorística. No sabía si mantenerlo con ella era una buena idea, pero ya no le importaba. —Que sea lo que sea —pensó—, porque en estos dos días, no habría nadie en el universo excepto solo ellos dos.
Finalmente levantándose de encima de él, Kelly se puso de rodillas entre sus largas piernas. Mantuvo sus ojos humeantes hacia él mientras se movía. El calor se reanudó inmediatamente cuando Kelly observó traviesamente el poderoso bulto en su ingle. Se lamió los labios de una manera muy lenta y sensual mientras su mirada viajaba desde su bulto hasta sus ojos de una manera oh tan seductora.