"Abigail y Alex estaban tumbados en la cama, sus pechos subiendo y bajando, tomando el aire tan necesario.
Aunque Abigail estaba cansada, no quería ceder al sueño, temerosa de que él desapareciese una vez que cerrara los ojos. Se levantó un poco y se apoyó en su codo, observando su hermoso rostro.
En silencio, trazó cada contorno de su cara con un toque suave como una pluma de su dedo, como si estuviera grabando todo en su memoria. Hizo eso durante un rato hasta que Alex habló.
—Abigail... —pronunció su nombre mientras levantaba la mano y le acariciaba la mejilla. Las emociones revoloteaban en sus cautivadores ojos. Sus ojos eran más hermosos y fascinantes que el cielo nocturno estrellado, de tal manera que Abi no quería apartar la vista.
—¿Hmm? —ella sonrió levemente pero cuando vio la mirada seria en su rostro, su sonrisa se desvaneció lentamente.