—Además, tu cuerpo y alma son míos, ¿recuerdas? No te traicionarán. Si ya no confías en tu cuerpo, entonces confía en tu corazón —dijo ella, posando su mano sobre su pecho mientras lo miraba—. Esta parte de ti nunca perderá porque me ama mucho. Incluso más que su propia vida.
Las palabras de Abi perforaron la cámara más profunda del corazón de Alex. Sintió su calor lentamente infiltrándose en él y así como así, el miedo y la desconfianza dentro de él se derretían lentamente.
Antes de que se diera cuenta, la atrajo hacia él y la besó. Sus labios chocaron mientras Abi se sentaba en su regazo.
—Oh, Abigail... —murmuró mientras se apartaba de su beso suave y apasionado—. Sintió como si su corazón se hinchara. Y besarla y abrazarla justo en ese momento hizo que Alex se sintiera emocional. Todo lo que sentía en ese momento, sus miedos y preocupaciones y todo lo demás, lo abrumaron hasta un grado sin precedentes.