¿Qué demonios estaba pasando? Pensé para mí misma mientras los guardias se nos acercaban por orden de Dahlia.
—¡ALTO! —Les grité a los guardias que se detuvieron, echándose nerviosas miradas entre ellos. Me volví para mirar a Dahlia—. ¿Qué es esto? ¿Qué estás haciendo?
—Has interrumpido el orden de la corte —Dahlia afirmó con una expresión vacía en su rostro.
Fruncí el ceño hacia ella—. ¿Orden? ¿Dónde está el orden en esto?
—Exactamente mi punto —dijo Dahlia—. Atacaste a uno de nuestros invitados reales y también le impides ver a su hijo.
—Sí, solo porque él quería matarlo —Freya intervino—. Su alteza —añadió cuando Dahlia se volvió para mirarla.
Dahlia soltó un suspiro antes de volver a mirarme—. No tienes derecho a meterte en asuntos que involucren a su hijo.
—¡Parece que tengo todo el derecho porque él es un monstruo! —Dije esto mientras miraba fijamente al Rey Ronald, quien arqueó una ceja hacia mí.