—Cuando se trata de personas que te intimidan e insultan, no les mostraré ni una pizca de piedad —respondió Mason—. No creo que haya razón para hacerlo.
—¿Qué pasa si otro accionista hace lo mismo?
—El asunto ya pasó, así que no tiene sentido hablar de ello. Simplemente necesitas recordar que te protegeré pase lo que pase. Eso es todo lo que necesitas saber —Mason acarició suavemente la cabeza de Lila y le transfirió su fuerza a través del calor de sus palmas.
Desde que se casó con este tipo, Lila nunca dudó de este punto.
Incluso echó a un accionista de la junta de directores esta vez...
—Si realmente te sientes culpable, ¿por qué no... me compensas con tu cuerpo esta noche? —Tan pronto como Lila escuchó el atrevido comentario de Mason, no pudo evitar reír.