—Es sencillo. A todos aquellos que contactaste anteriormente para prohibir a Lila, llámalos y diles que cancelen su prohibición —respondió Mason, revelando su motivo sin vacilación.
—¿Me estás diciendo que retire lo que he dicho?
—Eso es tu problema —la voz de Mason se volvió lenta y fría—. Si no te sientes apenado y culpable por todo lo que tu nieta ha hecho, entonces no tengo por qué preocuparme por tu orgullo. Simplemente quiero verte darte una bofetada a ti mismo.
El Anciano Song giró la cabeza, rechazando aceptar este destino.
—¿Qué pasa? ¿No me estabas diciendo hace un momento que no fuera arrogante? ¿Dónde quedó toda tu fuerza?
—Anciano Song, casi olvido decirte, si hoy no reparas en las acciones de tu nieta, tendré que vengarme directamente de ella. Tu nieta casi hace que mi esposa y mis dos hijos pierdan sus vidas. ¿Cómo te vengarías si fueras yo?
El Anciano Song abrió la boca, pero no salió nada.
No había nada que pudiera decir...