—¿Puede que tus expectativas para los demás no sean tan estrictas? No me digas que nunca te has sentido herido, abandonado o traicionado; no me digas que nunca has querido ser rico y disfrutar de los lujos que vienen con ello; no me digas que puedes vivir toda tu vida con tu integridad intacta. Si es así...
—...entonces ¿quién son las personas que nos están atacando actualmente? —Ewan levantó sus manos entrelazadas con las de Gina y preguntó—. No estoy casado y ella tampoco. Somos una pareja promedio. ¿Por qué deben lanzar palabras insultantes hacia una mujer?
—Si no pueden detener sus ataques y quieren quejarse de la vida personal de los demás, por favor dirijan toda su insatisfacción hacia mí. Por favor, dejen de herir a la persona que aprecio...
Mientras Ewan decía estas palabras, Gina solo veía el lado de su cara. Pero...
—...sus lágrimas empezaron a caer involuntariamente de sus ojos.