Mason bajó la cabeza y colocó su nariz contra la de Lila —Durante el día, soy tu gerente. Necesito esclavizarte en el trabajo. Por la noche, soy tu marido. Mi trabajo es mantenerte en la cama...
—En ese caso... libera a tu esclava.
Mason aflojó su agarre, apagó la estufa y cargó a Lila en su dormitorio antes de colocarla en la cama —Sra. Mo, te estás volviendo cada vez más mala...—. Después de hablar, las manos de Mason comenzaron a deambular. No mucho después, su toque cayó sobre las piernas de Lila. Lila se estremeció inconscientemente haciendo que Mason se levantara interrogativamente. Al mirar su rodilla, notó un moretón en su piel blanca y pura.
—¿Cómo sucedió esto?
—Me resbalé en el baño...
Mason se levantó, buscó el botiquín y ayudó a Lila a aplicarse un poco de medicamento. Después, no volvió a tocar a Lila, simplemente la arrulló para dormir después de la cena.