—Está bien, entonces te lo contaré... —Yang Luo no ocultó nada y le contó a Tantai Puti lo que había experimentado en el mundo secular.
Aunque Yang Luo lo dijo de manera muy simple, Tantai Puti aún estaba atónita.
A veces, los ojos de la chica se abrían de par en par y otras veces, se le abría la boca ampliamente. Su expresión cambiaba indefinidamente.
Cuando Yang Luo terminó de hablar, Tantai Puti tardó mucho en recuperarse de su asombro.
—¡Por eso quiero volverte más fuerte con todas mis fuerzas! —Los ojos de Yang Luo estaban decididos mientras decía—. ¡Tengo que enfrentarme a demasiados enemigos. Hay demasiadas personas que tengo que proteger! ¡Por lo tanto, solo puedo seguir castigándome a mí mismo para hacerme más fuerte! ¡No importa dónde sea, el fuerte sobrevivirá y el débil será eliminado! ¡Solo el fuerte puede controlar todo. Los débiles solo pueden ser intimidados y pisoteados!