—Mis ojos se abrieron lentamente y enseguida se posaron sobre el hombre que dormía junto a mi cama —empecé a relatar mientras observaba a Lucas—. Su cabeza descansaba sobre las suaves sábanas blancas. A pesar de las marcadas líneas de cansancio y las ojeras bajo sus ojos, seguía luciendo increíblemente guapo mientras dormía.
—Una leve sonrisa se dibujó en mis labios —continué—. Levantando mis manos para pasar mis dedos por la barba mañanera en su barbilla, me detuve repentinamente antes de que pudiera tocar su piel. Podría despertarlo y no quiero que eso suceda. Se veía visiblemente cansado y necesitaba dormir desesperadamente, así que me conformé con solo observarlo.
—Nunca se apartó de mi lado. —Pensé para mí misma mientras la ternura se inflaba dentro de mi pecho como un enorme globo de aire—. Aunque sabía que a Lucas no le importaba mucho sobre mí, pero me alegró saber que se quedó a mi lado toda la noche después de que caí en la piscina y me ahogué.