—Trinidad.
—¿T..T..Trinidad? —Reece se levantó en la cama con un grito de sorpresa y una cara que decía claramente que estaba feliz por algo.
—¿Qué pasa? —Al principio me asusté porque acababa de despertar, pensé que algo malo podría haber pasado y tenía miedo de que alguien pudiera estar aquí con nosotros.
—Trinidad, tu olor ha cambiado. —Sonreía tanto que quería reírme de la expresión tonta en su rostro, pero no podía. ¿Qué demonios quería decir con eso?
—¿Cómo? —¿Todavía tenía la cabeza demasiado dormida para esto? ¿Por qué estaba tan confundida con sus palabras?
—Estás embarazada.
Creo que mi corazón se paró durante un minuto y las palabras que dijo se congelaron como carámbanos en mi cerebro.
—¿Qu..qu..qué acabas de decir? —Estaba sonriendo a pesar de mi sorpresa. Esto no es lo que pensaba que iba a decirme cuando se levantó así sin razón aparente.
—¡Estás embarazada!