El Cráneo Negro era una trampa mortal, así que nadie podría escapar del Desierto de la Pesadilla a través de su Portal. Sin embargo, había al menos otra Ciudadela en esta región infernal del Reino de los Sueños —la Tumba de Ariel.
La pirámide negra que siempre se cernía justo más allá del horizonte como un espejismo amenazador, pero nunca se acercaba por más que uno se adentrara en el mar de dunas blancas. Una de las principales razones por las cuales los grandes clanes habían venido a la Antártida, en primer lugar.
Ahora que las fuerzas expedicionarias de ambos clanes habían sido aniquiladas y las hijas de Ki Song se habían retirado completamente de la carrera, Morgan decidió hacer un último y desesperado intento de alcanzar la tumba del daemon.