"Sunny había visto a Ola de Sangre en su forma bestial una vez desde lejos, pero de cerca, el Santo de la Noche era mucho más aterrador.
La criatura en la que se había transformado parecía algo similar a una orca asesina, su piel negra y blanca, las líneas de su cuerpo suaves y depredadoras. Sin embargo, era mucho, mucho más grande de lo que cualquier bestia mundana tenía derecho a ser.
Había un mosaico de cicatrices feas cubriendo su piel, y una armadura de acero que envolvía sus largas aletas, bordes afilados como cuchillas. Sus enormes ojos brillaban en la oscuridad del océano con una luz azul, llenos de voluntad e inteligencia.
Aún sabiendo que la gigantesca orca asesina era en realidad un humano, Sunny no podía evitar sentirse tenso frente al gran depredador.