[Has derrotado a una Bestia Despierta, Cría de la Nube Devoradora...]
El camino descendía, llegando pronto al fondo de un profundo barranco y continuando hacia adelante a lo largo de sus curvas y giros. Sin temor ya de deslizarse al abismo, el convoy recibió algo de respiro y aceleró aún más.
Sin embargo, a pesar de eso, su situación solo empeoró.
A estas alturas, las montañas distantes ya habían desaparecido, tragadas por completo por el velo del enjambre que se acercaba. Solo quedaban visibles algunas de las cumbres más cercanas, pero incluso estas ya se volvían borrosas.
Más y más abominaciones voladoras que habían viajado por delante de la horda se lanzaban en picado al convoy, sus bocas circulares y carnosas abriéndose de par en par para morder los transportes veloces y los soldados que operaban las torretas.