Sintiendo que su carne se desgarraba y su corazón se enfriaba, Sunny intentó defenderse, pero en vano. Morgan aplastó fácilmente sus intentos de resistencia y lanzó otra serie de golpes devastadores, moviéndose con una precisión y velocidad aterradoras. Sus movimientos eran fluidos y naturales, como si manejar un arma fuera tan innato para ella como respirar.
Como si la batalla fuera su entorno natural en lugar de la paz.
Su esgrima era diferente a todo lo que Sunny había visto, también. No era como si la espada sirviera como una extensión del brazo de Morgan... era como si ella misma fuera la espada, y así cada movimiento que hacía era la más pura expresión de fría e implacable intención de matar.
Nunca había pensado que conocería a un espadachín más aterrador que Nephis, pero en comparación con este caballero de Valor, la hija del Clan de la Llama Inmortal casi parecía una novata.