Durante los siguientes días, la vida de Sunny se volvió bastante monótona. Meditaba mientras hacía circular la esencia de sombra a través de las espirales de la Serpiente del Alma para aumentar la velocidad de su recuperación, la vertía en el arco de obsidiana... y repetía el proceso.
Con cada ciclo, las runas alrededor del portal se volvían más y más brillantes. El portal cobraba vida lentamente, llenando a Sunny de una esperanza tan intensa que luchaba por contenerla. No tenía ninguna duda de que sería capaz de activar el arco.
Y luego... iría a la Torre de Marfil, encontraría una manera de descender de nuevo a las Islas Encadenadas, de alguna manera, y regresaría al mundo real.
Y compraría un refrigerador nuevo.
—¡Y lo llenaré de todo tipo de comida!