Sunny yacía en el suelo, tragando aire como un pez agonizante. Era como si se estuviera ahogando.
Su cuerpo era un mapa de dolor. Ni siquiera recordaba cuántas heridas había sufrido... había el tajo en su costado dejado por el jian de Caster, la terrible herida que casi le cortó la clavícula, el largo corte que cruzaba sus costillas... y muchas más pequeñas.
Pero todavía seguía vivo.
Todavía podía luchar.
Todavía no estaba dispuesto a rendirse.
...A su alrededor, la Espira Carmesí temblaba y gemía, comenzando a colapsarse lentamente.
Apretando los dientes, Sunny se levantó cansado del suelo. Su cuerpo protestó, pero lo obligó a callar y se levantó lentamente. La hoja del Fragmento de Medianoche raspó contra las piedras mientras la levantaba.
Nephis hacía lo mismo.
La joven se levantó y tambaleó, luego recuperó el equilibrio y se quedó quieta. Su postura era encorvada, con una mano presionando firmemente la profunda herida en su abdomen.