La sombra humana estaba solitaria entre la bruma, extrañamente distante e inmóvil. Mientras Sunny tiraba de la cuerda dorada para indicar a sus compañeros que se detuvieran, giró ligeramente hacia otro lado y volvió a quedarse inmóvil.
Sunny sintió un escalofrío helado de terror en su corazón.
La posibilidad de encontrar a otro ser humano en este oscuro y aterrador lugar ya era suficientemente inquietante. No consideró ni por un segundo que uno de los miembros de la expedición perdida pudiera haber sobrevivido aquí abajo, en la oscuridad, durante todos estos años. No a menos que ya no fueran humanos.
Pero incluso eso no era la causa del frío y el miedo que sentía.
La verdadera razón no tenía nada que ver con la lógica y todo que ver con su Aspecto único. Debido a esto, Sunny sabía que había algo terriblemente, completamente mal con la sombra.