Por la mañana, Sunny despertó con el suave susurro de las hojas. Al abrir los ojos, vio rayos de sol cayendo a través de la corona escarlata del Árbol del Alma, tiñendo el mundo con suaves tonos de rosa. La vista era hermosa y tranquila. Parecía que ninguno de los peligros y terrores del Reino de los Sueños podría alcanzarlo aquí.
Una suave brisa tocó su piel, llevando consigo frescura y el olor de las hojas caídas.
Por primera vez en mucho tiempo, Sunny se sintió en paz.
«¿Así se siente estar de vacaciones?»
Si es así, su decisión de tener unas vacaciones fue la mejor decisión de todas.
Se levantó con un bostezo y miró perezosamente a su alrededor. Cassie y Nephis ya estaban despiertas. Verlas le sacó una sonrisa a Sunny.
«¿Por qué diablos estoy sonriendo?»
Sacudiendo la cabeza, Sunny puso una expresión seria y dijo:
—Buenos días.
Las chicas lo saludaron. Luego, Nephis inclinó ligeramente la cabeza y preguntó: