```
La curiosidad de Jasper creció. Agradeció al chico y salió, con la mirada escaneando el entorno. Al acercarse al coche, el hombre se giró y le sonrió. Sorprendido, Jasper detuvo sus pasos.
—¡Cristóbal! —Jasper nunca pensó en verlo aquí. Había imaginado un reencuentro diferente. Pensó que podría ser Samuel o Michael quienes vinieran a reunirse con él. Pero era Cristóbal, luciendo tan elegante como siempre en su traje negro.
Cristóbal, con una sonrisa perpetua, cerró la distancia. —Abi quería visitar Italia. Así que, aquí estamos —explicó, extendiendo una mano amistosa hacia Jasper, quien correspondió con una sonrisa y un apretón de manos.
Expresando alegría, Cristóbal comentó:
—Es realmente agradable verte feliz.
—Gracias. ¿Cómo están Abi y el pequeño? —preguntó Jasper.
—Están bien.
—¿Dónde están? ¿Por qué no los trajiste aquí? —indagó.
Cristóbal lo tranquilizó: