"Cristóbal seguía mirándola fijamente, el familiar aroma a flores le embelesaba. Saboreaba la sensación eléctrica que sus dedos le enviaban al rozar delicadamente su pecho mientras cosía.
Esperaba poder rodearla con sus brazos y nunca volver a dejarla. Pero también esperaba que ella fuera honesta con él. Pensó en hablar con ella. Justo en ese momento, la vio agachar la cabeza y cortar el hilo con los dientes.
Su corazón se saltó un latido. Contuvo el aliento, todos sus pensamientos se evaporaron. La adrenalina se disparó, y su deseo primitivo creció. La agarró de los brazos y la empujó contra la pared, besándola con fervor. Quería decirle que no podía estar pensando en otro hombre mientras todavía estaba casada con él. Quería demostrarle con su beso que no podía ocultarle nada.
—Ya está hecho... —Su suave voz lo sacó de su trance.