Las palabras de Jasper habían tocado su fibra sensible y la temperatura en su interior había subido varios grados.
Abigail no podía creer que estuviera diciendo esas cosas sobre Cristóbal. Es cierto que Cristóbal inicialmente no la amaba, pero las cosas habían cambiado ahora.
Sabía que él se había enamorado profundamente de ella y que nunca jugaría con sus sentimientos.
—Estás mintiendo —gritó ella—. Cristóbal me ama y…
—No estoy mintiendo; vives en una ilusión —respondió él, interrumpiéndola—. Si realmente te amara, te habría confiado. Pero no lo hace, y por eso se siente celoso e inseguro.
Inclinó la cabeza y se movió hacia ella. —¿Por qué crees que intenta destruir mi negocio? Sabe cuánto me importas. Solo está intentando sacarme del juego. En realidad, no quiere que te muestre su verdadera cara.
La desesperación de Jasper era palpable en su tono y expresión mientras trataba de convencer a Abigail.