—Lamento interferir en su ajetreada agenda, querida Baronesa, pero quería invitarlos a usted, a Kotu y a Iriel a un viaje con mi familia. En su DoLorean. —Lith señaló el automóvil, haciendo que los gemelos contuvieran el aliento de asombro.
—¿Nuestro DoLorean? —Mirias repitió, su rostro se volvió aún más pálido.
—Su DoLorean. —Lith asintió.
—¡Nuestro DoLorean! —Wyalon le mostró el cristal con orgullo, colocándolo en sus manos.
Nada en sus lecciones de etiqueta y manuales cubría lo que una noble de campo debía hacer al recibir un regalo inestimable de un Magus, así que su cerebro se congeló y Mirias se desmayó en el acto.
El Barón la atrapó al vuelo, usando sales de amonio para hacerla recuperarse.
—Juro por los dioses, Eiros, tuve el sueño más extraño- —Dijo al recobrar el conocimiento, solo para congelarse de nuevo una vez que la realidad le abofeteó en la cara.