—Somos idiotas. Dijeron Lith y Solus al unísono.
—No, no lo son. La Hidra movió la cabeza. —La vuestra es una versión incompleta. Es perfectamente normal que no hayan entendido el alcance de las habilidades de las Manos. Si hubieran impreso la original, se habrían visto obligados a quedarse con ellas.
—Lo que también habría significado que nunca se las mostraría a mi madre, ella no me habría enseñado a usar las Manos y nunca les habría enseñado a ustedes a su vez. Su generosidad funcionó bien.
—Tendrías razón, si no supiéramos ya acerca de la habilidad de compartir del conjunto de Menadion después de probar los Ojos de Scarlett. —Solus inhaló profundamente y conjuró unas simples gafas de piedra, ofreciéndoselas a Faluel.
—¿Ese maldito gato tenía los Ojos? —La Hidra tomó el invaluable artefacto de las manos de Solus y se lo colocó en la nariz.— ¡Esto es asombroso, apuesto a que así se siente tener los Ojos de Dragón!