—Eres realmente dulce, pero no tenías que preparar tantas cosas. Vamos a tener una gran conversación, no una cita romántica.— dijo Kamila.
A ella le hubiera gustado ducharse y cambiarse de ropa, pero los arreglos de Belius hacían imposible usar magia dimensional. Una vez fuera de la dimensión de bolsillo, la comida se enfriaría. Incluso si Lith pudiera recalentar las delicias con magia, aún perderían parte de su sabor.
—No nos hemos visto desde hace tanto tiempo que podríamos hacerlo una cita. Mi pasado es feo, un poco complicado y con un toque de peligro mortal, pero todo está en el pasado. ¿No vas a romper conmigo, verdad?— La paranoia de Lith se activó al máximo, haciéndola reír.
—Dioses, no. Sería un monstruo si hiciera algo así después de cómo te recibí en casa esta mañana. Es solo que sé que te pasaron muchas cosas malas cuando estabas en la academia. La verdad, también tengo una historia triste que contar.— Suspiró Kamila.