Y entonces, su miedo se hizo realidad. Al ver a una chica alta con una sudadera negra con capucha, la mitad de su rostro oculto, caminando hacia su coche, su corazón latía aún más rápido.
—¡Maldita sea! ¡Estoy en problemas! —Rex murmuró entre dientes, poniendo su mejor sonrisa mientras salía del coche.
Se acercó casualmente a ella, abriendo la puerta del auto.
—¡Gracias, Rex! —Una hermosa voz, similar al sonido de melodías encantadoras, llegó a los oídos de Rex, haciendo que su cuerpo entero se estremeciera.
—Hmm... —fue todo el sonido que pudo pronunciar. Rápidamente, cerró la puerta del coche y caminó hacia su lado. Antes de entrar en el coche, respiró hondo, tratando de calmarse.
Sintiéndose mucho mejor, Rex finalmente entró al coche. Para su sorpresa, vio que Casey ahora había quitado su capucha, revelando su cautivadora belleza. Se parecía a un ángel, emanando un aura radiante.
De repente sintió que su garganta se secaba.