La sonrisa de Scarlett se desvaneció al ver la preocupación y sospecha en los ojos de Noah. Tomó un profundo aliento e intentó explicar...
—Sé que no es la mejor manera de acercarme a ti, pero no tenía otra opción. Nadie me envió. Vine aquí para hablar contigo —dijo Scarlett.
Noah frunció el ceño en confusión mientras escuchaba las palabras de Scarlett.
—¿Querías hablar conmigo y decidiste entrar ilegalmente en mi propiedad? ¿No tienes miedo de que te denuncie a la policía? —Preguntó.
Scarlett no pudo evitar encontrar diversión en la reacción de su tío. —Creo que no llamarás a la policía —dijo con calma.
Noah apretó firmemente su arma.
—Pareces muy segura —dijo, su voz fría y amenazante—. ¿No tienes miedo de que apriete el gatillo?
Scarlett respiró hondo.
—Señor, no haría eso si supiera quién soy —dijo, tratando de mantener la voz firme.