Scarlett solo pudo soltar un largo suspiro.
Este hombre, cada vez más atrevido al burlarse de ella todos los días. No podía imaginar qué haría cuando regresara.
Pasaron varios minutos y Scarlett aún no se movía de su asiento. Sus ojos seguían pegados a la pantalla de la computadora que ahora estaba oscura.
—¿Cómo pudo decir casualmente esas palabras vulgares? —Scarlett murmura mientras las palabras de Xander danzan en su mente—, ¡Quiero consumirte!
Scarlett podía sentir como sus rodillas se debilitaban. No podía levantarse de su asiento y solo pudo quedarse sentada allí por un tiempo, tratando de calmar su mente y corazón.
—¡Dios! —Scarlett aprieta sus mejillas con ambas manos para volver a sus sentidos.
Quería dejar de imaginar su primera noche. Sin embargo, no es fácil.
Poco después...