—Padre, ¡gracias, la idea suena increíble! —Martha estaba encantada de escuchar eso. Mira a Scarlett con sus ojos brillantes y llenos de alegría.
—¡Vamos de compras, Scarlett! ¿Sabes que tenemos un centro comercial, verdad? —Martha había tenido esta idea desde que conoció a Scarlett. Quería llevar a Scarlett de compras, pero al ver a esta chica tan ocupada con el trabajo, se desanimó.
Scarlett no sabía qué decir porque nunca le gustaron lugares como esos, centros comerciales o lugares públicos. Siempre se había considerado la única chica que podría odiar ir a centros comerciales. ¡Suspiro!
Sin embargo, ¿cómo podría rechazar a una mujer encantadora y amable como Martha?
Cuando se encontraba con Martha, se preguntaba si su difunta madre la trataría como Martha lo hacía. ¡Y no podía rechazar el especial trato cálido de Martha hacia ella!