Necesitaba desesperadamente el hombro de alguien para calmar su enojo en momentos como este. Pero entonces, su mente se vuelve mucho menos turbia y su corazón casi se detuvo al darse cuenta de que sus brazos estaban rodeando la fuerte cintura de Xander. Lo abraza con fuerza.
Instantáneamente, alejó su cuerpo de Xander y bajó la cabeza para ocultar su rostro rojo como un tomate maduro.
—¡Maldita sea, Scarlett! ¿Cómo puedes aprovecharte de este Príncipe de Hielo en un momento como este!? —Ella se maldijo por dentro, bajando aún más la cabeza y no se atrevió a mirar la cara de Xander.
Scarlett pensó que Xander estaría enojado o se burlaría de ella porque se atrevió a abrazarlo. Sin embargo, se equivocó porque la siguiente frase de Xander pareció devolverla a la realidad.
—¿Necesitas mi ayuda? —Su voz sonaba suave, pero ella podía notar un frío enojo en ella.
Al levantar la vista, vio un par de ojos gentiles y claros. Se conmovió por la preocupación de Xander.