Victoria se sintió sorprendida y halagada. Siempre había imaginado que Gates se limitaría a estrecharle la mano simbólicamente, por lo que no esperaba que la saludara de forma tan íntima. Eso sólo demostró que realmente compartía una estrecha relación con Jordan, tanto que no la trataba como una extraña.
Ella estaba un poco nerviosa porque nunca había estado tan cerca de un pez gordo tan famoso. Devolvió rápidamente el saludo con un beso cortés y una sonrisa: —Sr. Gates, es un placer conocerle. Ha hecho una gran contribución al mundo, y tenía ganas de conocerle.
También estaba un poco emocionada, porque el software Windows desarrollado por Gates se había convertido desde hacía tiempo en un nombre muy conocido, que era utilizado por casi todo el mundo.
Gates se dio cuenta de que estaba un poco nerviosa, así que le dio una palmadita en el hombro: —Jovencita, no tienes que estar nerviosa. Ustedes dos no son extraños para mí.