章節 37: Treinta y Siete
Durante tres semanas Shura y Boris estuvieron juntos la mayor parte del tiempo. Boris hizo los tramites necesarios para trasladarse a la universidad de la zona aristocrática para proseguir ahí la carrera de psiquiatría.
El rubio evitaba relacionarse con los demás de esa clase social, no quería que lo lastimen más de lo que en una época lo hicieron.
Solo se relacionaba con Mitsuki, Boruto y por supuesto Shura. Ni siquiera con Shinki, Gaara, Naruto y Sasuke. De echo cuando todos se juntaban él prefería quedarse en el departamento de Shura estudiando o limpiandolo.
Por su aspecto físico y la ropa que Shura le compró, el rubio pasaba perfectamente por un aristócrata más.
Además de su vocabulario y educación, ésto se debía a que su madre se hubo ocupado de prepararlo para ese tipo de vida. Junto a sus amigos Boruto y Mitsuki nunca perdió su educación y distinción.
Shura sentía que cada día que pasaba a su lado sus sentimientos iban aumentando. Una tarde lo sujetó de la cintura y lo atrajo hacia su persona quedando ambos en el sillón.
Boris se sorprendió pero nada dijo. Shura se detuvo en esos ojos color del cielo tan hermosos como misteriosos, mientras lo acariciaba.
-—Eres único Boris—¿A qué viene eso...Shura?— Sigues a la defensiva— Siempre.
Shura lo besó con intenso amor, el rubio no solo se dejó besar sino que le respondió aquel beso con otro más hambriento aún.
Cuando se alejaron un poco, ambos respiraban entrecortado. Boris acsriciaba el sedoso cabello negro de aquel que empezaba a introducirse en su corazón.
— Shura...tenemos un problema.—¿En serio?— Si—¿Qué tipo de problema?— Uno enorme llamado amor
Shura sonrió divertido ya que acababa de oír lo que tanto hubo deseado desde hacía unos días atrás. Amor.—¿Significa que me amas...Boris?—¿Tú a mi no?— No solo te amo, deseo pasar contigo todo el tiempo de mi vida.
Diciéndole aquello cayeron al suelo donde se besaron con intensidad dejandose llevar por esa loca pasión que amenazaba con devorarlos.
Boris sentía que no era tan malo dejarse llevar por ese amor hacia aquel aristócrata que parecía encenderse con tan solo un roce suyo.
Además podía notar cómo se esmeraba en complacerlo continuamente, deseaba verlo reír, felíz y no paraba de alabarlo. Solo Shura le decía que era lindo, demás cosas. Gracias a él fue descubriendo lo maravilloso que era sentirse deseado, amado y querido por alguien.
Shura fue en extremo cuidadoso a la hora de hacerle el amor a Boris. Ambos se despojaron de sus ropas para entregarse a ese misterioso sentimiento llamado amor.
Era la primera vez que Shura sentía que era correspondido en el amor, nunca imaginó que pudiera sentirse tan bien. Era como tocar el cielo con las manos.
— Te amo Boris, en serio lo digo.— Y yo a tí Shura. Nunca antes había experimentado esto y es...es...—¿Extraño?— Si, mucho.— Pero vale la pena sentirlo.— Si, lo sé mi amor.
Boris se aferró a su amado con deseo y pasión dispuesto a aceptarlo con placer. Dejaría de lado los.prejuicios y todo lo vivido en su pasado.
Toda mala experiencia con los aristócratas moriría ahí mismo, para revivir en los brazos de su amado Shura una vez más.
A partir de ese momento la actitud de Boris había cambiado bastante. Empezaba a aflorar el verdadero ser que yacía en lo más profundo de su interior.
Volvía a reír, a hacer bromas, a preparar los platos más exóticos. Shura empezaba a conocer al verdadero Boris sintiendo que su amor hacia ese rubio crecía más aún.
Solo quería protejerlo, cuidar su presente y otorgarle un hermoso futuro. Boris le contó que su hobbit siempre fue la cocina, amaba cocinar de todo. De hecho solía coleccionar recetas de cocina para poder probarlas en algún momento.
Le contaba que le fascimaba comer los platos más extravagantes, y a su vez adoraba ir al ginmasio.
—El gym te libera la mente y la cocina te enriquece el espíritu. — Le decía Boris mientras le preparaba un delicioso plato exótico.
Shura no para de reír, incluso él mismo se sentía plenamente felíz. Esa noche cenaron sintiendose como verdaderos reyes. Reían de cualquier cosa, hicieron guerra de comidas y luego limpiaron todo.
Así acabaron en la cama haciendo el amor apasionadamente. De echo el celular de Shura sonó un millón de veces pero éste se limitó a ignorarlo. Tenía asuntos más importantes que atender.
Al día siguiente se ducharon juntos y salieron a desayunar. Era la primera vez que Boris disfrutaba de una salida en ese ambiente.
A Shura le encantaba verlo relajado y felíz, despreocupado por el entorno y el qué dirán de los demás. Luego recorrieron el centro y compraron lo necesario para llegar a casa y preparar el amuerzo.
Ambos lo hicieron juntos, Boris le fue enseñando a su amado qué ingredientes debía usar y cómo tenía que prepararlos para que todo quede a punto.
El celular de Shura sonó durante toda la mañana pero éste no le prestó atención ni le importaba. Cuando se sentaron a almorzar sonó el timbre.
Shura fue a atender, era su padre Gaara quien llegaba con unos papeles. Entró ofuscado ya que lo estuvo llamando toda la mañana y no atendió el celular.
— Tuve que venir hasta aquí dejando a un cliente con Mitstuki porque no te dignaste a atender el maldito celular Shura.
— Lo siento padre, estuve ocupado...— Con ese secuestrador que se instaló en tu departamento por visto — lo interrumpió Gaara — Toma hijo, firma estos papeles que son de la empresa de tu madre. Es lo que me pediste hace un par de meses.
En silencio Shura obedeció, aquello era un trámite de rutina que tanto él como Shinki se lo pidieron a su padre. Boris se fue a su habitación sin decir nada. De repente había perdido el apetito.
— Debí iniciar la acusación legal nomás. No me gusta ese chico.— Dejalo padre — dijo Shura intentando armonizar — Boris no es una mala persona, deberías darle una oportunidad.
—¿Una oportunidad a quien secuestro a uno de mis hijos? Debe ser una broma ¿cierto? Y no quiero que siga viviendo contigo Shura. — Es mi departamento y mi vida padre.— Eres un Sabaku y ese chico no me gusta para nada. Alguien que secuestró a tu hermano no puede ser bien visto por tí.
Sin decir más Gaara tomó los documentos los colocó en la carpeta y se retiró. A veces su padre solía ser muy duro, en especial cuando estaba interpretando el papel de abogado. Era implacable.
Cuando su padre se retiró Shura fue al dormitorio en busca de Boris. El rubio se encontraba explorando su celular.
Su actitud había cambiado, nuevamente se había cerrado a Shura y a los aristócratas. Cuando el Sabaku entró y lo habló, el rubio lo ignoró.
Cuando quiso abrazarlo, se hizo soltar fríamente, guardó su celular y sujetando su mochila dijo con dureza.- No me esperes despierto, volveré tarde. Pero si prefieres directamente no regresaré.
—¿Qué? ¿Hablas en serio Boris?— Sabes que sí — cuando lo miró sus ojos eran hielo puro, no tenían ningún rastro de amor — Gracias por todo Shura.
Cuando quiso irse, el emo fue más veloz y lo sujetó de la cimtura atrapandolo entre sus brazos. Boris forcejeó intentando soltarse pero fue inútil.
— Espera mi amor, por favor te lo pido. No dejes que mi padre te lastime. Estabamos bien y podemos seguir así de bien tu y yo.
—No, no podemos— Si podemos. ¿Qué pasó con el Boris de hace unos momentos? El que ríe, el que ama, el que le fascina la cocina y el ejercicio físico. Deseo a ese Boris, el que me ama y al que deseo con cada fibra de mi ser.
— No será posible tal cosa Shura. Pertenecemos a dos mundos diferentes. Además para tu padre siempre seré un secuestrador y alguien que debe ser encerrado en prisión.
— No me importa lo que diga mi padre. Además sé que lo entenderá, te dije que le dieras tiempo.
Boris cerró los ojos para evitar desplomarse allí mismo. Sabía que los aristócratas eran demasiado crueles, y a pesar de todo había elegido volver a confiar en uno de ellos.
Sin embargo el desprecio que el padre de Shura destilaba hacia su persona lo despedazaba por dentro. Por la simple razón de que se trataba del padre de su amado. Era conciente que no tendría un buen futuro si la familia de aquel que había decido amar lo despreciaba.
Boris se hizo soltar eligiendo seguir siendo duro e indiferente con la aristocracia. —No es posible que tu padre me vea con buenos ojos porque no soy de su clase social.
— Tonterías ¿por qué se enamoró de Mitsuki entonces?— Eso es todo un misterio, pero no voy a adentrarme en una relación con alguien cuya familia me desprecia.
Diciendo aquello quiso irse pero Shura lo volvió a sujetar y en ésta ocasión lo besó con ternura. Boris se dejó llevar pero al separarse lloró amargamente en el hombro de su amado.
— Tranquilo mi vida, no escuches a mi padre. Y metetelo en la cabeza, te amo más que a nadie en éste mundo.
—Shura...mi amor...— Ahora vamos a desgustar esa exquisita comida que preparamos juntos. — De acuerdo mi amor.
Así ambos volvieron al comedor y calentaron la comida, para luego disfrutarla juntos.
Rápidamente Boris se olvidó del mal rato que Gaara le hizo pasar para reír nuevamente sintiendose felíz.
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