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14.15% VIGGO / Chapter 47: Segundas oportunidades 1.45

章節 47: Segundas oportunidades 1.45

-Cuando era pequeña- dijo Scheherezade, acostada sobre el pecho de Viggo mientras él la abrazaba y le pasaba sus manos por la espalda -mi abuela dijo que yo sería una mujer que nació para ser amada. Nunca entendí el por qué hasta que cumplí los 12 años y me llevaron al harem del príncipe, en Persia. El príncipe por lo usual era un hombre de muy pocas palabras y solo venía a verme unas dos veces al año. Comíamos juntos, yo lo escuchaba y lo alagaba cada cierto tiempo, como me enseñaron en el harem. Entonces él venía, me llevaba a la cama y se posaba en mi cuerpo. Solo me besaba los senos y cuando ya se aburría, se introducía en mí y dejaba salir su lujuria. Entonces yo no lo volvía a ver durante otro medio año, cuando se acordaba de mí y venía a descargar su lujuria otra vez. Muchas me decían que era afortunada, ya que, por lo usual, entre 300 mujeres, que recibas al príncipe dos veces al año era una suerte. Sin embargo, para mí solo era una molestia ¿Qué es eso de haber nacido para ser amada? Me preguntaba. Si yo no elijo a quien me ame, entonces ¿De que vale ser tan hermosa?-

Viggo le beso la frente, Scheherezade levantó su rostro, sonrió y Viggo le dio un tierno beso en los labios. Ella volvió a reposar su rostro en el pecho, sintiendo la suave y cálida sensación de la piel.

-Por eso, ámame, quiero que tú me ames. No sé porque, pero siento en Viggo algo especial, algo que me recuerda algo increíble. Un sentimiento nostálgico de alguien o algo intrépido, alguien que es amado por los dioses-

-Yo- dijo Viggo -está bien, te amare con todo lo que tengo. El día que deje estas tierras, te llevaré conmigo. Sin embargo, tienes que saber que soy un guerrero y no te puedo prometer estar en todo momento-

-Lo sé- dijo Scheherezade, pasando sus manos por el pecho de Viggo en un gesto suave y amoroso -pero quiero esperarte y comprobar cuanto te amo y me amas-

Viggo bajo sus manos a las gruesas nalgas y las masajeo con gestos suaves. Scheherezade comenzó a respirar más rápido y Viggo siguió masajeando, apretando y abriendo las nalgas. Entonces Scheherezade comenzó a jadear sobre su pecho al mismo tiempo que pasaba su lengua. Viggo llevó su dedo medio a el ano y lo comenzó a masajear con suaves movimientos circulares. Podía sentir como Scheherezade meneaba sus caderas y apretaba su ano, como si fuera un territorio prohibido. Entonces Viggo continúo bajando con sus dedos y los paso rozando por entremedio de los labios vaginales. Scheherezade jadeaba con fuerza, lamiendo el pecho de Viggo y succionando cada tanto. Entonces cuando Viggo noto los labios hinchados y húmedos, tomo a Scheherezade del trasero, lo apretó con fuerza y sentó. Ella quedo sentada sobre su regazo, mientras lo miraba con esas pupilas esmeraldas y una mirada embriagada de lujuria. Scheherezade asintió, Viggo la levantó del carnoso trasero y la sentó sobre su pene. Scheherezade se abrazó al cuello de Viggo y con los ojos cerrados, le comenzó a besar el cuello mientras jadeaba. Viggo la comenzó a mover de las caderas, mientras ella sentía el roce de su clítoris contra la pelvis de Viggo, al mismo tiempo que la penetraba. Ella abrió los ojos y lo miró con ojos embriagados. Viggo sonrió, llevo su mano a la mejilla derecha y le dio un tierno beso. De esa manera continuaron y lo hicieron hasta quedar satisfechos.

A la mañana siguiente, Viggo se quedó de pie mirando como el barco de Semiramis navegaba con dirección Oeste. Scheherezade estaba en la popa del barco ondeando su mano en señal de despedida. Ella vestida su larga túnica negra para evitar distraer a los marineros. Viggo sonreía pensando en que ella también sonreiría debajo de su velo y agitaba su mano en respuesta. Por otro lado, se preguntó por qué Semiramis estaba tan esquiva con él esta mañana. Era como si estuviera apenada, molesta o tímida. No sabía decirlo. Sin embargo, nada de eso importaba. Ellos se verían de nuevo dentro del próximo mes.

Viggo camino por el muelle hasta llegar a la playa. Después avanzó por la arena mientras miraba el hermoso océano de color turquesa. Las gaviotas pasaban graznando mientras el viento soplaba dándole fuerza al oleaje.

Viggo salió de la playa y se encamino a la colina. Subió su empinada cuesta y avanzó saltando de piedra en piedra, mientras a los lejos, se veía la casa de Kiara. Sin embargo, de repente tuvo que detenerse. Sus ojos se agrandaron en una expresión de incredulidad y espanto. De repente tuvo ganas de llorar cuando vio al viejo Xiao parado en medio de unos pastizales. Vestido con su túnica negra y roja, mientras sus labios formaban una amable sonrisa. Sin embargo, cuando la tristeza sobrepaso a Viggo, su boca se abrió mostrando sus dos hileras de dientes y su nariz se arrugo en una expresión de furia.

-¡Maldito!- rugió Viggo, corrió hacia al anciano con todas sus fuerzas y lanzo su más furioso puñetazo. Sin embargo, siendo ignorante, sin poder distinguir las dimensiones del cielo y la tierra, darle un puñetazo a un primordial era un sueño idílico. Viggo paso a través de la figura del viejo Xiao como si él fuera incorpóreo y cayó rodando sobre el pasto.

-Calma, muchacho- dijo Xiao -no he venido a pelear-

Viggo se puso de pie jadeando en una expresión de furia, miró al viejo Xiao haciendo un puchero con los labios, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. Después se pasó las manos por los ojos y le pregunto con una voz quebrada -¿Por qué me dejaste aquí?-

-Bueno, técnicamente, yo no fui- dijo Xiao

Viggo se quedó congelado, pero cuando le iba a gritar que dejara de inventarse cosas. Kiara apareció como si fuera un fantasma que toma forma corporal.

-Fui yo- dijo Kiara con un tono de voz decidido

-¿Por qué?- pregunto Viggo con una expresión de incredulidad

-Porque eras mío desde un principio, pero esta vieja serpiente te acaparo-

-No me llames serpiente, vieja cabra- grito Xiao en respuesta -y no me culpes de tu falta de cálculo-

Kiara bufo y dijo en un tono de voz enojado -yo rescaté el alma de Viggo de la destrucción del Origen y le di una segunda oportunidad. Sin embargo, nunca espere que naciera como el hijo de tu hijo-

-Fue una coincidencia, nunca espere que pasara tal cosa-

-Tonterías, sabias que el alma de Viggo tenía un gran potencial. Así que te quedaste callado y lo quisiste tomar para ti-

-Mentiras-

-Mentiras son tus buenas intenciones. Todos tus hijos sufren para poder llegar a un nivel de fuerza aceptable y cuando se quedan estancados, los dejas a su suerte-

-¡Yo no los dejo a su suerte!- grito Xiao iracundo -ellos siguen su camino para alcanzar nuevos límites. Por eso mueren, pero al final ese es su deseo ¿Quién soy yo para ir contra la voluntad de las personas?-

-Siempre puedes protegerlos- respondió Kiara enojada

Viggo se quedó de piedra, mirando a los dos primordiales como argumentaban el uno con el otro. Después de media hora de griteríos, Kiara miró a Viggo, quien tenía una expresión entre cansada y triste. Ella se acercó y lo abrazo acercando el rostro contra sus suaves senos. Sin embargo, diferente de otras veces, Viggo se apartó de ella.

-Quiero que me digas la verdad y por qué me has tenido aquí todo este tiempo- dijo Viggo

Kiara asintió y miró al viejo Xiao, esté hizo una mueca llena de incomodidad y asintió de regreso. Entonces, los tres caminaron de regreso a la casa, se sentaron en el comedor mientras enviaban a Sakura y Ana a comprar a la ciudad de Esparta.

Kiara soltó un suspiro, miró a Viggo quien tenía un rostro cansado con ojeras bajo los parpados -¿Por dónde empiezo?- pregunto en tono dubitativo, entorno los ojos al techo, asintió y lo miró para continuar -Bien, vamos por básico. Yo, al igual que esta vieja serpiente, me gusta tomar las almas prometedoras y darles una segunda oportunidad…-

-o-

Kiara se levantó de su silla, extendió sus brazos hacia los lados y abrió sus palmas mirando al techo. Entonces cerró sus ojos y desde el centro del techo, se empezó a extender una oscuridad con forma líquida. La cual se esparció cubriendo el techo, las murallas y el suelo, engullendo todo a su paso. Los únicos que quedaron indemnes fueron Xiao, Kiara y Viggo. Todo lo demás desapareció y solo quedo algo semejante una habitación oscura. Sin embargo, la oscuridad cambió y se volvió más profunda, al mismo tiempo que aparecían pequeños puntos luminosos similares a un rio de estrellas.

-Nosotros, los primordiales- dijo Kiara abriendo los ojos y bajando sus brazos -nacimos en el comienzo del universo original. Fuimos creados como todas las cosas en el mundo por un ser supremo, el cual nos doto de habilidades superiores e intelecto. Con el tiempo crecimos, adquirimos habilidades y conocimiento. Al mismo tiempo, con la madures intelectual vino la rebelión y el asesinato de nuestro creador. Sin embargo, todos éramos jóvenes e ignorantes. La pérdida de nuestro creador nos produjo más tristeza que alegría. Muchos caímos en la locura y nos deformamos olvidándonos de nuestras formas. Una vez que la locura paso, hicimos cuerpos que nos parecieron correctos, pero a los ojos de los humanos eran abominaciones-

Entonces Viggo vio como las paredes oscuras desaparecían y gravitaban en el oscuro espacio. Al mismo tiempo, detrás de Kiara y el viejo Xiao aparecieron dos enormes sombras. Ambas con aspecto humanoide, pero con extremidades deformes. Solo eran sombras, pero Viggo podía entender a simple vista que de ningún modo eran humanas o cercanas a eso.

-Cuando adoptamos las formas que nos parecieron correctas- continuo Kiara -descubrimos que de forma natural habían aparecido seres con intelecto y emociones. Los miramos crecer, prosperar y multiplicarse. Al mismo tiempo y gracias a la soledad, nos presentamos delante de ellos como dioses. Nos dieron su amor, su alegría y su confianza, pero con el paso del tiempo no fue suficiente. Caímos en una segunda ola de locura y reclamamos como tributos actos deplorables que, hasta el día de hoy, algunos nos arrepentimos. El gran problema de los primordiales era que al construir cuerpos que encontramos correctos, perdimos la sensibilidad y la capacidad de sentir con nuestros cuerpos. Nuestra única forma de sentir era viendo como otros sentían pena, amor, odio, desesperación y muchas otras emociones-

Kiara agacho la mirada, como si estuviera perdida recordando el pasado. Después alzó una mirada mezcla de frialdad e indiferencia -con el tiempo, nos aburrimos de los humanos y sus acciones sin sentido. Entonces nos volvimos indiferentes a la humanidad y sus efímeras existencias. Aun hoy en día quedan primordiales que se gozan en el sufrimiento de los humanos. Sin embargo, nosotros, los que lideramos la cadena alimenticia, nos apartamos de tales prácticas. Unos se dedicaron a dormir, otros a perseguir un nuevo conocimiento. Otros a vivir muchas vidas- dijo mirando al viejo Xiao, quien hizo una pequeña sonrisa divertida. Después ella miró a Viggo con cierto cariño en su mirada -y otros como yo, a tomar las almas que sufrieron una gran perdida en su vida y darles una segunda oportunidad-

-¿Yo sufrí una gran pérdida?- pregunto Viggo agachando la mirada

-Sí- respondió Kiara con un rostro triste -pero eso no importa. Apenas si sabes que eres Viggo Dragonroad ¿Qué importa quien fuiste en otra vida? Ahora tienes esta oportunidad ¿la vas a desperdiciar tratando de entender y arreglar lo que ya pasó?-

Viggo negó, levantó su rostro lleno de determinación y dijo -algo que aprendí de mi maestro, es a nunca disculparse pensando en los errores. Ser mejor, esa era, es y será mi promesa. Por siempre, desde ahora en adelante, seré mejor-

Kiara sonrió complacida y asintió -eso es lo correcto. Tengo muchas expectativas en ti, Viggo. Conviértete en alguien del que tu maestro y tu padre puedan estar orgullosos. Alguien, del que ellos con su gran poder, quisieran ser-

Viggo asintió con seriedad, pero de repente miró hacia un lado pensando en algo. Después miró a Xiao y le pregunto -¿Padre es como yo?-

Xiao hizo una risita incomoda y se rasco la mejilla. Kiara soltó un gruñido y el viejo se puso más serio. Xiao miró a Viggo a los ojos y dijo -sí y no. Kain es más cercano a nosotros que cualquier dios o supremo de cualquier galaxia o universo. Él siempre ha sido, es y será, Kain. Por otro lado, su alma es única en muchos sentidos. Puede ser apresada, pero nunca desfragmentada, copiada o manipulada-

-¿Por eso los dioses le temen?-

-No, lo que ellos temen es su conocimiento. Tu padre es una existencia que ha perdurado en el tiempo, ha conocido diferentes mundos y ha absorbido el conocimiento. Eso es lo que realmente le da poder y lo que lo hace una existencia terrible a los ojos de todos-

Antes de que Viggo pudiera decir algo, Kiara hablo -es un largo camino, Viggo. Tienes mucho que recorrer-

Viggo se quedó pensando en lo que ella dijo, asintió y aparto los pensamientos tristes que le decían que estaba muy lejos de su meta. Solo debe ser mejor, pensó.

-Bien- dijo Kiara con voz potente -eso explica en parte porque te retuve en este lugar. En primer lugar, deberías haber nacido la ciudad de Orario, pero nunca me imaginé que está vieja serpiente traería a su hijo al mundo de Orario y la casualidad te uniría a él- ella agacho la mirada y dijo en un tono bajo -de forma inesperada, para ser un monstruo antiguo, Kain fue un padre amoroso- entonces volvió a alzar la voz y continuo -por eso te deje permanecer todo ese tiempo en su compañía, pero como te alejaste de él y esta vieja serpiente te llevo a vivir a otro lugar, pensé que era el momento perfecto. Lo siento-

Viggo tomo una profunda respiración y asintió -yo, no vuelvas a hacer eso. Solo estoy algo, no sé, sobrepasado por mi padre. Pero de ninguna manera lo odio. Es solo, es solo…-

-Es solo que alguien como tú no puede sorprender a Kain Dragonroad, mucho menos mentirle o engañarlo, sobrepasarlo o subestimarlo. Es como si pudiera ver para donde te diriges antes de que siquiera des tu primer paso-

Viggo asintió y Kiara hizo una sonrisa melancólica.

-A todos nos pasa, Viggo- dijo Kiara -todos vemos y aprendemos como terminan ciertas personas, con ciertas mentalidades. Antes de que te des cuenta, empezaras a ver a las personas y saber qué es lo que piensan sin necesidad de leer sus mentes-

Ambos agacharon la mirada, pensando en ciertas cosas, hasta que el viejo Xiao tosió e interrumpió sus pensamientos.

-Bueno, ahora que te has explicado, toca hablar de mi negocio- dijo Xiao. Kiara bufo, miró hacia otro lado y se cruzó de brazos, resaltando sus pechos. El viejo Xiao soltó una risita incomoda. Tosió y después se concentró en Viggo -para empezar, esto- entonces hizo aparecer en su mano el hacha Leviatán hecha por Kain. Xiao la lanzó y Viggo la atrapo entre sus manos y sonrió con gran cariño. El hacha todavía conservaba el mismo aspecto, con el mango de madera rojiza y la cabeza con la apariencia del acero común. Aún la encuentra grande para su tamaño, pero ahora es mucho más manejable que en el pasado. Por otro lado, los sentimientos que guarda de su encuentro en Muspelheim, son invaluables.

-Ahora, con respecto a tu entrenamiento ¿lo vas a continuar?- pregunto Xiao. Entonces Viggo alzó su rostro con un brillo severo en su mirada. Xiao soltó una risita divertida y asintió. Después miró a Kiara y le pregunto -¿Te parece bien?-

-Está bien- dijo Kiara con indiferencia -para ser una cosa que repta por cualquier superficie, le conseguiste un buen maestro. Algo barbárico, pero un buen maestro. Te lo encargo-

-No soy tu sirviente-

-No, pero es el precio por tomar lo que es mío-

Ambos primordiales se miraron furiosos mientras el espacio a su alrededor se distorsionaba.

Viggo tosió y dijo -por favor, todavía estoy aquí, se acuerdan. No quiero morir-

Kiara bufo y miró hacia el otro lado mientras el viejo Xiao fruncía en ceño en un completo estado de molestia.

-Lo que sea- dijo Xiao, miró a Viggo y continuo -tengo un desafío para ti ¿estas listo?-

-Momento- dijo Kiara

-¿Ahora qué?-

-Al menos libera su mana. Entiendo que su divinidad puede limitar su crecimiento, pero su mana es irse por la borda-

Xiao asintió y realizo un ademan con la mano. Entonces emergió un círculo rúnico desde el cuerpo de Viggo, este giro en todas las direcciones hasta que exploto en partículas de luz purpura.

-¿Por qué no lo hiciste tú, Kiara?- pregunto Viggo mirando su propio cuerpo. No sentía nada en especial.

-Cada persona tiene su propia afinidad, Viggo- dijo Kiara aún de brazos cruzados -el poder de un primordial es igual. Me hubiera demorado muchos años en descubrir la frecuencia de la magia de este viejo antes de que pudieras usar mana-

-¿Frecuencia?-

-Déjalo por ahora, aún es muy pronto para que entiendas algo tan complicado. Concéntrate en lo que tienes entre manos ¿entendido?-

Viggo asintió y después quedo mirando al viejo Xiao.

-Bien, con eso hecho, creo que lo mejor sería que le pidieras ayuda a tu padre ¿estás dispuesto a escucharlo?- pregunto Xiao

-¿Por qué necesitaría la ayuda de mi viejo?-

-Su conocimiento ¿te acuerdas? Tu maestro es un gran peleador, pero tu padre es un hombre que maneja cada fortaleza a través del entendimiento. Por otro lado, creo que vas a necesitar este conocimiento sí o sí, vas a enfrentar a lo más cercano a un dios-

Viggo entrecerró los ojos y miró a Xiao con desconfianza. Soltó un gruñido y asintió.

Xiao hizo una sonrisa incomoda y dijo medio en broma -pero antes de todo eso, necesitas restaurar la energía del hacha-

Viggo miró el hacha en sus manos y después miró al viejo -¿Cómo?- pregunto

-Bueno, la vieja cabra a estado mucho más tiempo en este mundo que yo. A lo mejor, ella te puede decir algo. Por mi parte, volveré dentro de un año-

Viggo asintió y dijo -muchas gracias por venir-

Xiao hizo la misma sonrisa amable de siempre y asintió -de nada- entonces su cuerpo se empezó a traslucir y desapareció. Por otro lado, Kiara extendió sus brazos hacia los lados y los elevo hasta juntar sus palmas. Entonces la oscuridad y las estrellas se retrajeron a un punto en el techo de la casa hasta desaparecer por completo. Todo volvió a la normalidad.

Por su parte, Viggo cayó al suelo sobre su trasero. Soltó el hacha y llevó sus manos hacia atrás para apoyarse en el suelo. Al mismo tiempo, echo su cabeza hacia atrás y soltó un suspiro de cansancio. Eran demasiadas revelaciones para un día, por otro lado ¿Qué era ese tipo de desafió del que hablaba el viejo?

-¿Cansado?- pregunto Kiara deteniéndose delante de Viggo. Este último miró hacia adelante y su vista cayó sobre la entrepierna de Kiara cubierta con la ropa interior fucsia. Se sintió duro de solo mirar ese pequeño triangulo y de pensar en la carne tierna que había detrás de ella.

-Sí- respondió Viggo mirando hacia otro lado, para evitar incomodar a Kiara.

-No es necesario que mires hacia otro lado, estamos solos, quiero que mires- dijo Kiara. Viggo miró al frente y vio como Kiara llevaba sus manos a la ropa interior. Introducía sus dedos por dentro de los tirantes en las caderas y bajaba la tela rebelando su entrepierna. El monte de venus eran plano y sin cabello, de piel pálida y roza alrededor de la vagina. La tierna hendidura vertical se veía apretada. Viggo trago saliva y Kiara se acercó y puso su vagina a unos centímetros de la boca de Viggo. Este último la miró hacia arriba, mientras ella sonreía complacida y coqueta. Entonces Viggo llevó su boca a los labios y comenzó a degustar la piel. Poco a poco se fue echando hacia atrás, hasta acostarse en el suelo y dejo que Kiara se sentará sobre su cara. Al mismo tiempo, la propia Kiara cerró los ojos, dejándose llevar por el sentimiento a placer embriagador. Tuvo que admitirlo en su mente. Le había enseñado muy bien, muy, pero muy bien.


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