En medio del cielo, dos semi dragones terminaron de escuchar la propuesta del dragón joven.
—Cuando llegue el momento, espero que sepan tomar su elección—
Al ver que el dragón se retiraba, las cocatrices solo miraron sus rostros, antes de suspirar y regresar a su guarida para prepararse ante los tiempos caóticos que se avecinaban.
Moribundo, el lobo oscuro consiguió llegar a un lugar seguro donde intentaría aprovechar la energia de la flor que robó para fortalecerse. Preocupado por su hermano, él decidió que apenas termine de recuperarse iría en su búsqueda.
En el refugio, Sven empezó a buscar el reciclador. Lo que más le preocupaba era la posibilidad de que el lobo lo hubiese destruido.
Escuchando los aullidos en la entrada, él sabía que si no lo conseguía pronto, el lobo entraría al refugio por él.
Cerca de la cama, en el centro de la sala, muchas de las cosas que Sven había acumulado se encontraban apiladas.
Mirando más de cerca, Sven no encontró rastro del reciclador. Complicado por la baja visión, él decidió apagar una de las pilas encendidas para disminuir la cantidad de humo.
Sintiendo que se le acababa el tiempo, encontró el reciclador bajo dos cajas que el lobo debió haber arrojado.
Con su objetivo cumplido, Sven tomó una de las antorchas y encendió todo el lugar.
Pensando en el lobo, una idea cruzó por su cabeza.
—Si tanto te gusto mi refugio, espero que no te moleste quedarte por un buen tiempo en el—
Escuchando las explosiones en el interior del refugio, la ira surgió en el lobo al recordar a la criatura causante de su dolor.
Sin preocuparse por los daños que recibió en su cuerpo, el lobo ingresó mientras cargaba su aliento eléctrico.
Burlándose del lobo, Sven arrojó unas bolsas llenas de hacia la sala principal, a lo que el lobo sintió ese movimiento y liberó su aliento eléctrico.
La combinación de químicos, fuego y electricidad causó una reacción en cadena dentro del refugio incendiando todo el aire del lugar.
Con una gran explosión, la mayor parte del refugio quedó sepultado bajo los escombros no permitiendo saber el estado actual del lobo en el interior.
—Lastima, perdí la mayor parte de mis cosas, pero al menos valió la pena—
Tomando el reciclador y un poco de ropa, el joven solo pudo avanzar hacia el sur del bosque en busca de un nuevo refugio.
Una semana había pasado desde que Sven había perdido su refugio a manos del lobo azul. Durante ese tiempo, él se concentró en mejorar sus habilidades de sigilo.
Al pasar mucho tiempo en la intemperie, no podía descuidarse en ningún momento, si no pasaria a ser parte del alimento de otro animal.
La situación más peligrosa que él tuvo fue cuando se despertó dentro de una planta carnívora de más de tres metros. Fue solo gracias a la suerte que el no fue digerido por la planta y con su cuchillo logró crear una ruta de escape para él.
Después de una semana, su cuerpo había llegado a un nuevo nivel de fuerza. Aunque él no tenía forma de compararse con otros, al menos debería estar sobre la media humana.
Después de desayunar, Sven encontró un río que llevaba hacia una región que el no había explorado aún.
Siguiendo el curso del agua una voz llego a sus oídos.
—¿Es una persona la que está cantando—?
Con mucha expectación, el joven corrió en dirección de la voz. Al llegar al lugar donde escuchó las voces solo pudo encontrar algunas herramientas en el suelo.
La existencia de herramientas aumentó la creencia de que encontró un poblado de personas, pero se sintió raro al ver los rustico de ellas.
Sin perder la compostura, siguió caminando por el borde del río hasta que pudo ver pequeñas empalizadas que bloqueaban su camino.
Rodeando las construcciones, el joven buscó alguna entrada o guardias que le permitieran entrar.
—¿Quien eres tú? y que negocios tienes con nuestro poblado?—
Sven quedó impactado al ver a los guardias. Pelo plateado, variedad de ojos entre rubí y violeta, piel morena a gris y lo más importante, orejas largas terminadas en punta, él no creía haberse encontrado con un pueblo de elfos oscuros.
—No pareces ser de nuestra raza, explicate bien o nos veremos en la obligación de expulsarte por la fuerza—
Sintiéndose en conflicto, Sven solo pudo seguir con la corriente. Necesitaba toda la información posible.
—No soy sospechoso señor, solo soy un aventurero que pasaba por aqui—
—Atrapenlo! Si no fueras sospechoso, porque lo mencionarias—
Sven sabía que sus palabras eran sospechosas, pero decidió usar lo que el creyó más común para poder conocer este pueblo.
Siendo rodeado por cinco guardias, él fue trasladado a la "cárcel" del poblado, la cual era una habitación pequeña en la casa del jefe de los guardias.
Al ser transportado por el pueblo, Sven pudo ver a los diversos pobladores, pero lo que más le sorprendió es que solo pudo ver un par de niños.
Otro punto más importante, es que parecía ser que este pueblo era de avanzada, encargado de vigilar los cambios en el bosque.
Luego de comer una sopa insípida, Sven fue trasladado a un salón donde conocería al jefe de los guardias.
Aunque la sala donde lo llevaron era mucho mejor, la mayoría de los muebles eran antiguos y se podía ver el desgaste en ellos.
—Hola, a que debemos su presencia estimado "aventurero"—
Una mujer madura ingresó al salón, aunque su cabello violeta con rayos grises sumado a su figura explosiva podrían distraer a la mayoría, Sven mantuvo la calma.
La lustrosa armadura sobre su cuerpo, como las que usaban las valquirias de las leyendas, sumadas a su temperamento sereno le aviso a Sven que no debía bromear con ella.
—Saludos mi señora, mi nombre es Sven y solo soy un aventurero que perdió su camino—
—Ya veo, aun así, necesito que expliques tus motivos para visitar a la decimosexta avanzada. Y no quiero ninguna mentira—
Al terminar de decir esas palabras, Sven pudo ver un brillo en los ojos de la jefe de los guardias.
—Como ordene señora, no tengo ninguna conspiración contra su pueblo. Actualmente ando perdido y mi objetivo principal es encontrar información sobre mis abuelos—
Luego de que volvieran a brillar los ojos de la jefa de los guardias, ella tomó un suspiro y se relajó.
—Eso es bueno. Mi nombre es Eleine, y no me llames señora, este año solo tengo doscientos quince años cumplidos, no me parezco en nada a esas viejas de cuatrocientos años—
—Ejem, señorita cuide su lenguaje—
De las sombras, una adolescente vestida con un traje de maid salió detrás de Eleine, corrigiendo su comportamiento.
—"No debo meterme con la edad de la jefa"— fue el pensamiento de Sven al ver el aura oscura que se generaba alrededor de Eleine.
—Desde ahora eres libre de pasear por el pueblo, pero debes de saber que solo los soldados del reino de Asturias pueden vivir aquí—
—Hay alguna forma de que pueda unirme al ejército del reino—
—La hay, pero debes saber que si fallas, automáticamente serás expulsado del pueblo, ¿estas de acuerdo de tomar esa prueba?—
Sven no tenía nada que perder, si existía una forma de poder seguir obteniendo información, iba a pasar la prueba dando todo de si mismo.
—Si señora... digo. Me gustaría tomar la prueba señorita Eleine—
—Esta bien, puedes retirarte. Cuando sea la hora enviare alguien a buscarte—
Después que Sven se retiro del salón, la doncella salió detrás de Eleine junto a una tetera para preparar té.
—Estas segura Eleine, ese joven parecía esconderte varias cosas—
—Pero no dijo ninguna mentira, ¿o si Aisha?—
Al mirar a su amiga de cabello esmeralda, Eleine no estaba feliz de traerla a una de las avanzadas más peligrosas del reino.
—Sabes que no, aun así no me da una buena sensación ese joven—
—No te preocupes por el, si no pasa la prueba, yo seré la primera en expulsarlo del pueblo, ¿estas contenta?—
—Solo si me dejas ser yo quien le tome la prueba—
Eleine miro a su amiga con una cara complicada, pero sabia que Aisha no sería injusta, así que acepto su petición.
Recorriendo las calles del pueblo, a Sven le recordaba como si estuviera en las películas de la época medieval.
Algunas tiendas ofrecían diferentes tipos de comida que él no recordaba. Queriendo comprar un poco de carne asada, el se dio cuenta que no tenía nada de la moneda local.
—Joven no te preocupes por eso, yo invito esta vez—
El tendedero tenía la apariencia de un hombre de cuarenta años, pero Sven sabía que eso significaba que el hombre debería tener casi quinientos años.
—Eres nuevo en el pueblo, eso quiere decir que eres un soldado—
—Es mi primer día en el pueblo, esta tarde tomaré la prueba para ingresar al ejercito—
Al escuchar la última frase de Sven, el rostro del tendedero cambio a uno oscuro y miro despectivamente al joven frente a él.
—Muchas gracias por la carne, mi nombre es...—
—No sigas con eso, guárdate tu nombre y regresa por donde viniste—
Al ver que algo de lo que dijo había afectado al tendedero, Sven decidió seguir explorando luego de darle las gracias al hombre.
—Quizás nunca mas tengas la oportunidad de decir tu nombre si fallas la prueba—
Al ver al joven desaparecer en la distancia, el tendedero expreso un rostro sombrío al pensar en el destino que le deparaba al joven después de la prueba.