León que esperaba descansar hasta el desayuno, fue interrumpido por una bella rubia dé ojos azules, vestía un uniforme de sirvienta que no lograba cubrir sus gruesos y tersos muslos. Sus piernas eran largas y su cintura delgada, sus pechos eran voluptuosos y redondos, su trasero era grande y con forma de corazón.
Esta mujer tenía un cuerpo que gritaba seducción y lujuria, pero también tenía un aura tan pura, y honesta. Y en cierto sentido era ambas. Su aura pura era debido a que esta mujer era en extrema honesta, además era de las personas que siempre veía el lado bueno de las cosas.
León que miraba esos ojos tan puros y bonitos, se preguntaba como esta chica todavía podía mantener esa aura tan pura, más cuando él la había profanado tantas veces, todos sus agujeros habían sido usados, y probados hasta más no poder.
Aunque a la chica no le interesaba tanto eso en cuestión, para ella satisfacer los deseos lujuriosos y la felicidad de su maestro u amo, era muy importante, ¿pero por qué lo era?, era muy obvio, ella estaba enamorada de León, podría ser considera el síndrome de Estocolmo, después de todo, en cierto sentido León la rapto.
O mejor dicho la compro, la chica rubia de la que hablamos es Lesya, una de las cuatro mujeres que pidió León a cambio de acabar con el apocalipsis zombi. Aunque él realmente pensaba terminarlo de todos modos, independiente de eso. León se había cuanta de que no sería bueno destruir un mundo tan pacífico, en sentido de que no hay seres poderosos que amenacen la vida de sus amantes.
Como dijimos, Lesya es una de las cuatro chicas, las otras tres eran Effie, Sara, Y kiara, estas dos últimas hermanas, muy parecidas, lo única diferencia es el tamaño de sus pechos, Sara es la de los pechos grandes, y kiara, la plana, no tiene mucho que ofrecer en ese sentido.
Un detalle de Sara, es que está con Azula, León la puso a carga de cuidarla, y ser como una figura materna para ella, así tal vez no se vuelva loca en el futuro, esa era la idea que tenía él, ya que recordaba que Azula se vuelve loca por su madre, ella empieza a escucharla en su cabeza, y eso la corrompe, además de la traición de sus amigas, que ya no lo son, entre otras cosas.
Volviendo con Lesya, que había visto el final de la anterior discusión de Hina y su amo, estaba un poco molesta por el mal trato que recibió su compañera.
-"¿Era necesario ser tan cruel?" Dijo un poco apenada, y con un toque de reprimenda.
Lesya no tenía miedo de decir lo que piensa, y siempre se confrontaba a León de frente. Él encontraba esto agradable, y le parecía interesante. Después de todo, León asesino a sus padres y los convirtió en zombi, pero Lesya, todavía no tenía miedo de León, incluso se llegó a enamorar.
-"Sí, era necesario, tenía que disciplinarla, y corregir su actitud, antes que sea demasiado tarde, y tenga que matarla. Y eso sería un desperdicio, como puedo dejar que tan buenas tetas se pierdan, no, no, no, ese no es mi estilo." Dijo León con pesar, no porque le dolería perder a Hina si esta se porta mal, y tiene que eliminarla, si no por perder semejantes tetas, que le gustaban mucho.
Lesya hizo una mueca, porque sabía el motivo por que León tenía un tono pesado.
-"Suspiro, por lo menos deberías bajarle el castigo, una semana durmiendo con la mascota de la casa es poco higiénico, y tal vez le haga daño mentalmente" Dijo Lesya.
-"No..., lo creo."
Aunque León dijo eso, no estaba seguro, después de todo Hina se había enamorado de su profesor, solo porque le puso un poco de atención y le dio cariño, además de que este era casado, pero a ella no le importo, y solo esperaba como idiota a que el idiota se divorciara. Hina era frágil, y muy dependiente.
-"Ves..., no están tan seguro." Dijo Lesya, al ver que León vaciló.
Leon solo se encogió de hombros. Lesya al ver que no le importaba mucho, estaba un poco triste, no le gustaba ver ese lado indiferente y cruel del hombre que ama.
-"Aunque pongas esa cara de cachorro abandonado, no cambiaré mi decisión." Dijo León muy serio, a él no le afectaban esos ojos como a otros protagonistas, y todas lo sabían. Pero también sabían, que la mejor manera de llegar a León o que te escuche, en especial las sirvientas, era seduciéndolo y mostrando su encanto, como ahora.
Lesya, se tocó suavemente los muslos, mientras decencia su cadera, mostrándole todo su escote, y grandioso pecho a León. León elevó un poco su ceja, mientras admiraba ese cuerpo tan caliente, tenía que admitir que esta chica, cuando se lo proponía, realmente podía sacar su lado seductor.
Ella se acercó moviendo su cuerpo con seducción, y se sentó a horcajadas sobre nuestro protagonista, su larga cabellera rubia caía y acariciaba su cara. Sus delgados brazos le rodearon el cuello, y acercaron la cabeza de León, enterrándolo en su pecho.
-"Por favor, déjala ir, no crees que es mejor castigarla de otra manera."
León, quien era la víctima de esta seductora mujer, podía sentir la cálida piel de esta, sus manos comenzaron a recorrer esos muslos tan carnosos, mientras lentamente subía por sus caderas, hasta rodear sus pechos.
Lesya al sentir las manos de León recorrer su cuerpo, estaba contenta, no solo porque el hombre que amaba la encontraba atractiva, y la deseaba, también porque si él la tomaba ahora, él la escucharía con más facilidad y tal vez cambiaria el castigo de su compañera. Pero si viera la cara de León, no estaría tan contenta, estaría sudando en frío.
León sacó su cara de los pechos de Lesya, mientras sus manos seguían avanzando, hasta alcanzar el cuello de ella.
-"Veo que no dudaste en seducirme para ayudar a tu compañera" Dijo León, con un tono frío que incómodo a Lesya.
-"Admitiré que en parte es eso, pero también es porque quiero un poco de tu atención." Respondió Lesya.
-"Sigues siendo tan blanda como siempre, nunca dejas de pensar en el bienestar de los demás"
León no estaba alabándola, sino criticándola, no es que le importara que ayudara a los demás, o que fuera buena persona, a él le importaba saber hasta donde llegaría Lesya por los demás.
-"Creo que es bueno ayudar a los demás" No dudo en responder Lesya.
-"Entiendo eso, pero dar tu cuerpo por tu compañera, si haces eso conmigo...." León puso una mirada amenazante, mientras su aura se volvía fría y apretaba un poco el cuello de Lesya. -"¿cómo sé que no lo harás con otro?"
-"¡Yo jamás te engañaría!" Respondió Lesya muy ofendida, despues de todo se estaba poniendo en jaque su lealtad, y amor.
-"Entonces, si una de tus compañeras o un niño es tomada como rehenes, y te piden dar tu cuerpo para salvarlo, ¿no lo harías?"
-"Yo..."
-"Antes de que respondas, imagínate si no tuvieras maná, y yo solo fuera un hombre normal, que harías Lesya." Pregunto León.
León sabía que Lesya diría que pediría su ayuda, por eso negó esa salida, quería ver que haría esta chica, si el solo fuera un hombre normal, y ella estuviera sola.
-"Pero no es así, yo..."
-"Solo imagínatelo, y responde con la verdad." Dijo León, cortándole cualquier salida y apretándole un poco más el cuello.
Lesya fruncía el ceño, no porque fuera difícil elegir, sino porque parecía que León, no confiaba en ella.
-"¡yo te elegiría ti!" A pesar de casi no poder respirar correctamente, ella respondió fuerte y claro.
Lesya quería a sus compañeras, y no dudaba en ayudar a los demás, pero antes que todo eso, ella era una mujer enamorada, y conocía en todos los sentidos como era León. Y obviamente Lesya sabía, que lo que más odiaba León, era que lo traicionaran, así que, ¿Cómo ella se atrevería dar su cuerpo a otro hombre?, solo para salvar a alguien más.
León estaba satisfecho con su respuesta, pero todavía quería probarla un poco más, así que apretó un poco más el cuello de Lesya, y puso su mirada más indiferente que tenía.
-"Así que me amas, ¿cierto?" Pregunto León.
-"Sí.., daría, lo que fuera por ti." Respondió Lesya, un poco complicada, debido a la falta de aire.
-"Y si matarte me hace feliz, ¿puedo hacerlo?"
-"Si eso, te hace..., feliz, mi vida es tuya." Ella dio su mejor sonrisa, demostrado que no tenía miedo, y que su principal papel, es la felicidad de León, aunque le cueste la vida.
León asintió, y comenzó apretar más el cuello de Lesya, ella podía sentir como su tráquea se cerraba y lentamente iba perdiendo la capacidad de respirar. Pero nunca se desesperó, ni siquiera levanto sus manos para protegerse, siguió sentada sobre León, mirándolo con una sonrisa un poco retorcida, por el dolor.
-"Que se siente morir a manos del hombre que amas." Pregunto León, intentando averiguar, cuanto lo ama, era algo que encontraba interesante de descubrir.
-"Lo único que importa...., es que... moriré en tus brazos..., y serás lo último que veré." Dijo Lesya desde su corazón.
León que miraba los ojos de la chica, vio que no cambiaron, seguían firmes como al inicio, ni un signo de vacilación.
-"¿Por qué me amas?, ¿acaso no asesine a tus padres?, incluso los transforme en muertos vivientes, ¿no me odias?, ¿no me temes?, ¿no guardas rencor por todo lo que te hice?" León bombardeo con una serie de preguntas a Lesya, que escuchaba atentamente todo.
-"No..., porque sé que en el fondo..., existe un buen hombre."
-"¿Cómo lo sabes?" Dijo León, dudoso, preguntando si realmente las mujeres tenían un sexto sentido.
Lesya quería contestar, pero apenas estaba consiente, León vio esto, así que libero un poco su agarre, para terminar su profunda conversación.
-"Solo mira a tu alrededor, no sé tú..., pero yo solo veo mujeres felices, una familia feliz..., y ningún hombre que sea malo, puede causar tal ambiente a su alrededor."
Lesya era la chica, que siempre intentara buscar lo imposible y el lado bueno de los demas, incluso si no existe.
-"Siempre eres tan interesante, no sabes cuanto me alegro de haber pedido mujeres ese día, y no dinero como un idiota." Dijo León, con una sonrisa honesta, y ojos brillosos, como si hubiera encontrado algo increíble. Lesya que era el receptor de esta mirada, se ponía roja, de vergüenza y timidez, nunca antes León la había mirado con tanta deseo.
León estaba contento con la decisión que tomo ese día, creía que esta chica valía más que todo el dinero que pudieron haber ofrecido.
-"Gracias." Dijo Lesya con los ojos un poco cristalinos, ella sabía desde ahora, León confiaría completamente en ella. Y eso le daba esperanza de lograr su sueño.
León liberó el cuello de Lesya, la tomo por la cintura, y la sentó sobre su regazo, era innecesario seguir con su prueba, sabía que la chica era completamente leal, y no era tan idiota como dar su cuerpo a otro hombre, solo para salvar a alguien más.
-"¿Ya estás mejor?" Dijo León con una sonrisa suave. Había lanzado una pequeña ola de curación a Lesya, para que no le doliera la garganta, y no tuviera marcas rojas en su cuello.
-"¡hm!" Lesya asintió muy alegre.
-"ahora, que tal si me dices el motivo inicial de venir a verme"
Lesya tosió un poco para aclarar su garganta, y se arregló un poco su uniforme, ella tenía otra intención al venir a hablar con él, pero cuando vio a Hina siendo tratada tan mal, se salió del camino, por así decirlo.
-"Quería pedirte permiso."
León sintió para que siguiera hablando.
-"Quiero ser oficial de policía, claro, que en mi tiempo libre."
Las sirvientas de León tenían bastante tiempo libre, su mayor trabajo era preparar la comida, comprar, atender las necesidades sexuales de su amo, limpiar, si lo piensas bien, no era tanto, ya que son muchas de ellas, así que el tiempo libre con el que cuentan, es bastante.
Policía, hmmm, pensándolo bien, debería dejarla, ya me imagino a Lesya informe de policía de tránsito, mostrando su apretado trasero, y sus largas piernas, hmm, pero porque parar ahí, también podemos usar sus esposas para distintos juegos.
También podría fingir una toma de rehenes en un banco, y obligar a follar para liberar a los prisioneros, ahhhh, sería tan excitante. Pensaba León todos los juegos lujuriosos que podría tener con la futura chica policía, no es que no hubiera tenido juego de roles similares, pero no hay nada más excitante que hacerlo con una policía o profesora real, ¿o no? Pensaba León.
Lesya podía sentir como algo se levantaba y presiona su trasero.
-"¿León?"
-"Tos, tos, bueno, si quieres ser policía, puedes serlo, no tengo problemas con eso, pero ¿por qué quieres serlo?" Pregunto León.
-"Creo que sería una buena manera de ayudar a los demás..."
-"¿Solo eso?" Viendo que se quedó callada, León la insto para que siguiera.
-"También, es por ti, es mi manera de salvarte."
León inclinó su cabeza, un poco confundido, Lesya que lo vio, siguió y explico:
-"No sé si existe el karma, o el cielo o el infierno, si algún dios que te juzgara por tus malos actos, pero si existe, esta es mi manera de salvarte, creo que si hago buenas cosas por otros, esas cosas buenas repercutirán en ti." Dijo Lesya, un poco preocupada por el alma, y el destino de su amado.
-"Solo para decirte, nadie puede juzgarme, y el karma, ¡¿quién necesita esa mierda?!. Lesya, ante el poder absoluto, nada de eso importa, pero.., si quieres ser policía, puedes serlo, no tengo problemas con eso."
-"Gracias, aunque..., porque siento que lo haces por otros motivos, y no por bondad." Dijo un poco dudosa.
-"Como crees, tu mismo lo dijiste, soy un buen hombre, y quiero ayudar a la comunidad, mi corazón es puro." Dijo León que se tocaba el corazón con la mano, y alzaba su pecho.
-"¿Seguro?" Lesya todavía dudaba.
-"Claro, ¿o no confías en mí?" Dijo León, un poco apenado, Lesya se apuró a negarlo, ver esa cara apenada, era una flecha en su corazón.
-"¡Confió en ti, no dudes en eso!" Lesya abrazo fuerte a León entre sus pechos otra vez, ella sabía cuanto le gustaban.
León sonrió, era muy fácil hacerla cambiar de tema, él no quería que descubriera sus ideas sobre que haría, cuando tuviera el uniforme de policía, no todavía.
-"Eso es todo, o quieres algo más." Dijo León, que a su pesar, se alejó del pecho de Lesya, aunque quería quedarse todo el día así, todavía quedaban más mujeres que atender, y no es como si no pudiera enterrar en esos pechos otros cosas más tarde.
-"No, eso es todo, ahora te dejo, todavía quedan más esperando su turno." Dijo Lesya, mirando hacia entrada de la sala de estar, donde estaba Shizuka, esperando su turno.
Lesya le dio una mirada agradecida a Shizuka, ya que ella era su esposa, y Lesya le debía su respeto, además, Shizuka no los interrumpió, y dejo que ella siguiera conversando y terminara sus asuntos.
-"Espera." León detuvo a Lesya del brazo, y la miro con seriedad.
-"¿Sucede algo León?"
-"Un último consejo, todos adoran a las personas que quieren cambiar el mundo solo con palabras, pero al final del día, solo los dictadores que tienen un arma apuntada a tu cabeza, tienen toda tu atención, ¿no lo crees?"
-"¿A qué viene eso?"
-"A veces tienes que ser cruel, y un hijo de puta para que la gente te escuche, si no, solo te llevaran a pasar, y te pisotearan, no olvides Lesya, y no olvides...," León puso una mirada fría, y dijo con mucha seriedad. -"Que eres parte de esta familia, si te pisotean a ti, lo hacen a mí, y yo no aguanto esa clase de cosas."
-"Lo entiendo León." Lesya dijo con firmeza, no dejaría que el nombre de su amado, sea mancillado.
-"Bien, ahora puedes irte, pero antes, dile a Amaya, que tengo hambre, ¿si?." Dijo León con una sonrisa, olvidando el anterior estado frío y serio que tenía. León era de las personas que cambia su carácter de un momento a otro sin reparo.
Upps, se me olvido que León todavía no come, debería haberle dicho mi deseo de ser policía más tarde, suspiro, pero el problema de Hina me hizo hablar, bueno, luego me disculparé con un sensual baile, por ahora, veré que pasa con su desayuno. Pensaba Lesya mientras se iba. Ella estaba un poco apenada por molestar a León tan temprano, y más cuando no había comido.
Ahora que Lesya estaba fuera, era el turno de Shizuka, que estaba en este mundo, ya que era fin de semana, no olvidemos que León no detuvo el tiempo en el otro mundo, y tiene que ir y venir, y los fines de semana, las otras mujeres del mundo de Oregairu, viene al mundo real.
-"Shizuka, ¿también quieres sentarte en mi regazo?" Dijo León, palpándose los muslos.
-"¡Claro!" Dijo ella muy feliz, nada mejor que sentarse en las piernas de su esposo.
León quien fue el receptor de otro buen trasero, estaba feliz, tenía que admitir que todas sus mujeres, tenían un buen culo, en cuanto a los pechos, había dos planas, Kiara, y Mary.
Claro que Mary todavía tiene 10 años, y es normal que no tenga pechos, pero León sabe que en su vida pasada, Mary o bella Delphine, era un poco plana, aunque tenía pechos hermosos.
-"¿Quieres pedirme algo?" Pregunto León, pero ella negó con la cabeza.
-"Solo quería que me mimaras un poco, solo un poco, ya que no has desayunado."
León que miraba a Shizuka que se comportaba como un gatito, en busca de calor en su pecho, no podía encontraba la comparación con esa chica que llamaban puño de hierro, y que tanto miedo y respeto le tenía Hikigaya.
-"Te ves bastante adorable, nada que ver con esa temida reputación." Dijo León.
-"¿eh?" Shizuka inclino la cabeza, un poco confundida.
-"¿No lo sabes?..., todos los hombres te tiene miedo, te dicen la dama de hierro."
Shizuka se avergonzó, y se escondió todavía más en el pecho de León, no podía creer que le dieran un apodo tan vergonzoso, y aunque en el fondo era una chica fan del anime, y creía que el nombre era genial, que se lo dijera su esposó, era vergonzoso, ya que ella ya estaba en sus 20.
-"¡N-no, digas eso.!"
-"Sí, nada que ver con esos rumores, después de todo, en la cama eres bastante tímida todavía."
Shizuka era una chica bastante marimacho y no se dejaba intimidar con facilidad, no dudaba golpear a esos casanovas, que a pesar de ver su anillo que indicaba que estaba casada, todavía intentaban coquetearle. Claro que todos ellos terminaron con un puño en su estómago, y comiendo sólidos algunos días. De ahi el apodo de Shizuka.
-"Es que mi querido León, es tan pervertido, y yo soy una dama noble muy ingenua" Dijo Shizuka, mientras le guiñaba un ojo y le sacaba la lengua.
Todavía no entiendo, como esta mujer tan tierna y amable, termino soltera hasta sus 30, no puedo más que culpar al autor de la novela porque ella sufrió tal destino. Pensó León.
-"¿Dama noble?, si tú eras la chica rara del salón de clases."
-"¡¿Como que chica rara?!" Grito Shizuka un poco malhumorada.
-"Eras rara, no tenías amigos, tenías un club de autoayuda, pero nadie iba, y solo lo ocupabas para leer manga, ves eras la chica rara."
-"No era rara, solo un poco introvertida, y demasiado madura para mi edad, por eso no tenía amigos." Se defendió Shizuka.
-"¿hm, segura no eras rara?"
-"¡No, no lo era!" Respondido Shizuka, no le agrado que la llamaran rara, aunque si lo era.
-"Te creo..., ahora tengo una pregunta, ¿Qué harías si alguien fuera al salón del club, y te pidiera ayuda?"
-"¡¿eh...?!"
-"¿Nunca lo pensaste?"
Shizuka iba a esconder su cara otra vez en el pecho de León, para evitar la pregunta, pero la rápida mano de su amado agarro su boca, que ahora parecía una boca de pescado.
-"Bueno, solo..., ¿los ayudaba?" Respondió de mala gana Shizuka.
-"Veo que no tenías ni idea" Dijo León, que quito su mano de la boca de Shizuka, y la puso sobre la cabeza, y comenzó a acariciarla. Para quitarle un poco el malhumor.
Shizuka inflo las mejillas como protesta por el acto de León, sentía que la trataba como una niña malcriada, aunque en cierto sentido lo era.
-"Era una niña todavía León, yo solo, inicie ese club, porque era la única forma de leer mangas a solas, mi abuelo no le agradaba que gastara todo mi tiempo en manga, y los demás se burlarían de mí si me veían, así que busque la opción más óptima." Respondió Shizuka.
-"Veo, no querías sufrir acoso escolar."
A pesar de que Shizuka tenía cierto estatus en la escuela por su abuelo, que donaba mucho dinero, los niños, siguen siendo niños, y no les importaba el estatus cuando se trataba de molestar a alguien que no encajaba con ellos.
Claro que si Shizuka hubiera sido acosada, León no hubiera dudado en ponerlos en su lugar, incluso matarlos, a él no le importaba eso, para él, de 15 años hacia arriba, ya eran todos adultos, y tenían que asumir la responsabilidad de sus actos.
-"Aunque ya no me escondo, a veces leo manga en la universidad, con Ágata a mi lado." Dijo Shizuka, que lenemente se volvió a acomodar sobre el pecho de León, un bostezo salió de su boca antes de que cerrar los ojos, para descansar un rato.
Shizuka sabía que nadie la molestaría por ser una fan del anime y manga, después de todo, a los hombres adultos eso no le interesaba, solo les interesaba las mujeres hermosas y con mucho dinero. Bueno, ese era el caso en la universidad de Shizuka, donde iban personas con mucho dinero, y poder político.
En el caso de Shizuka, era casi dueña de la universidad, por así decirlo, aunque ella no la sabia, ya que Shizuka dio todo su dinero y posesiones a León, pero este no tenía ganas de manejar tanto dinero y propiedades. Para León eso sería una perdida de tiempo, y prefería gastar ese tiempo, en complacer a sus mujeres.
Además, no le interesaba el dinero o las riquezas, para León, lo único importante, son las mujeres hermosas y leales, ¿y para quién no?, no ahí nada más valiosos que una mujer hermosa, más cuando esta es tu esposa.
Y como León no quería manejar ese dinero, se lo dio a Kayle, pero Kayle tampoco lo quería, para ella el mundo de Shizuka era para mostrar su lado más flojo, donde descansaba de todas sus responsabilidades del mundo real, como jefa de hogar, y madre de 3.
Kayle siempre estaba pendiente de cualquier cosa que sucediera en su casa, en especial con sus hijas adoptivas, además tenía una empresa que manejar, una que se volvió muy importante y grande en Japón, por eso necesitaba algunos días para descansar. Y ya que Kayle no quería responsabilidades le paso todo el dinero y las acciones a Ágata.
Y Ágata o tuvo más opción que manejarlo, y aunque era un dolor de cabeza, tuvo que hacerlo, no puede negarse a los pedidos de su señora, y gracias a eso, Ágata gano muchos pretendientes que venían detrás de su fortuna, e innegable belleza, que hombre no quiere una mujer hermosa y con dinero, pero, esta belleza adinerada tenía muchas espinas, y todos sus pretendientes terminaron sin su miembro, o bajo tierra.
Volviendo con León, este tenía sus manos rodeando la cintura de Shizuka, suaves respiros salían de su boca, al parecer se había quedado dormida. El pecho de León era muy cómodo, más el calor que irradiaba, podía hacer que cualquier mujer un poco fatigada se quedara dormida con facilidad.
-"Se quedó dormida, eso le pasa por estar viendo anime hasta tarde, además de que estudia bastante."
León no se movió, y dejo que durmiera tranquila, tenía que admitir que estos días tranquilos, y en familia, eran bastante relajante, y era un cambio bienvenido de su yo, que contantemente está buscando diversión, ya sea matando gente, o corrompiendo a una chica.
Como la recién llegada. León notó que alguien lo miraba, y giro su cabeza para verla, era una chica rubia, de ojos dorados, era Hanabi Miura, la tía de Yumiko Miura del mundo de Oregairu.
-¿Vienes por el reporte semanal?" Pregunto León.
-"Si, en general, Mayumi-sama está bien, al igual que la pequeña."
POV León.
Le pedí a esta chica que cuidara de Mayumi y su hija Yui, y me informara si les pasara algo, aunque no es necesario, mis sombras siempre las cuidan, pero Hanabi quería sentirse útil, así que le di ese deber. Aun recuerdo ese día en que la vi por primera vez, se veía tan inocente y buena chica.
Y así era, era muy pura, y no pude aguantar el deseo de ensuciarla, además, tenía un amigo de la infancia, que estaba secretamente enamorada de ella, y ella lo quería mucho a él y siempre lo apoyaba.
Era un amor adolescente, muy de historia de telenovela, pero.., también como el inicio de una historia NTR Hentai, y no pude aguantarme, o sea, si no era yo, tal vez se la llevaba un Ugly Bastard, esos viejos gordos y feos. No podía dejar que eso pasara, así que hice lo que todo buen hombre hace, llevarse a la chica para que no sufra un destino cruel, ¿no es lo que haríamos todos?
-"¿Sucede algo León?"
-"oh, nada, solo estaba pensado el día en que te conocí."
-"hm, yo también lo recuerdo, fue el mejor día de mi vida." Dijo Hanabi que se sonrojaba, y apretaba sus muslos.
-"Si, lo recuerdo como si fuera ayer."
(Continuara) (El próximo capítulo será un flashback.)