Vi a la primera morir frita por la descarga eléctrica, era la tercera en intentarlo, toda la cueva quedo con un pequeño aroma a carne quemada que contrastaba con la atmosfera solemne. Todas las que pasaban la prueba se arrodillaban frente a la plataforma y susurraban cosas inentendibles. La luna poco a poco se movía en el horizonte y dejaba que la oscuridad se adueñara de la cueva. En un momento dado, la fila dejo de avanzar, ya habían muerto tres mujeres seguidas y la siguiente estaba muy asustada para subir. Quedaban tres personas adelante mío.
Una mujer, con un cabello negro azuloso, poco común, tomo la iniciativa de subir, se podría decir que se coló. Cuando termino vi el espacio encima de la cueva y noté que una nube se acercaba lentamente a la luna. Me di cuenta de que el tiempo se acababa. Así que viendo que las de adelante mío se debatían si ir o no, yo subí rápidamente y me acosté.
Lo que vi, fueron imágenes de la supuesta creación del mundo, como la "Diosa" nos salvó y bla, bla, bla. Luego fue un conjunto de instrucciones de a que sitios se podía ir y a cuáles no. Hablaba de la importancia de la obediencia y hacia énfasis en "superarnos lentamente". Al finalizar decía un conjunto de oraciones para agradecer a la Diosa por sus conocimientos.
Recuperé la conciencia y seguí a las demás a arrodillarme y rezar. Vi como la luna era tapada por una nube y la luz se atenuaba, era el fin. Pero una mujer desesperada se subió esperando la bendición. La energía era demasiado débil, por lo que era imposible entregar la información. Fue una escena desastrosa, su cuerpo se empezó a cocinar lentamente, nadie se podía acercar a ayudarla ya que "interfiriéramos en su prueba" y la electricidad nos hubiera matado. Se quemo durante 10 minutos hasta que la luna se escondió. No teníamos que ser expertos para saber que ya estaba muerta.
Las mujeres que no alcanzaron fueron llevadas a otro sitio, al final pasamos la prueba seis personas. Nos dejaron solas frente de la plataforma para que rezáramos toda la noche. Todas se encontraban devotas a sus rezos y yo no tuve más opción que quedarme y hacer lo mismo hasta el amanecer.