Katerina
Al caer de esa gran atura pensé que iba a tener mucho daño, sin embargo, me alegro de que no fuera así. Mis ventajas en mi forma animal y los densos arboles fueron de mucha ayuda a la hora de amortizar la caída. Aunque, si me quedaron pequeñas heridas alrededor de mi cuerpo. No estaba excesivamente preocupada por mi situación, ya que ya había sobrevivido unos meses en un bosque, así que no considere que volver a hacer lo mismo sería muy difícil.
Decidí empezar mi camino tratando de familiarizarme con el terreno, intentando en primer lugar encontrar un sitio donde se puedan conseguir alimentos y algo de beber. Mientras que caminaba lentamente, vi una figura grande negra que parecía que se estaba alimentando de su pequeña presa. Al principio me asuste bastante, pero al mirar más de cerca note que ese animal tenía mis mismos ojos. Por lo que, no era un animal salvaje sino un humano atrapado en ese cuerpo. Por lo tanto, sintiéndome alegre de haber encontrado a alguien como yo, me acerque rápidamente a él.
Al acercarme intente conversar con él, pero de mi boca solo salieron sonidos de animal, imposibles de entender. Además de que, el no parecía interesado en nada mas que la presa que se estaba consumiendo. Por lo que me toco acercarme mucho más a él. Tenia mucha curiosidad de que era lo que estaba comiendo. Ya que, por un lado, quería saber que se podía comer en este gran bosque y en segundo lugar quería ver por que presa estaba tan maravillado. Pero lo que vi, me dejo helada.
El animal que estaba consumiendo, ya estaba demasiado destrozado para saber que era, pero lo que si pude ver sus ojos que eran los mismos que los míos. Recordé que en las enseñanzas se nos había dicho que si pasas suficiente tiempo con tu forma de animal pierdes la razón. Comprendí que el verdadero castigo del bosque del olvido no es volverte animal, sino que pierdes toda tu humanidad y no hay marcha atrás.