—Por supuesto, ella es parte de nuestra familia también.
—Esta bien, te daré un maletín con dinero. Quiero que lleves un micrófono encima, por si algo sale mal te comuniques, estaremos afuera esperándote para cubrirte cuando salgas con la chica, ¿Te parece?
—Si, sabes que siempre rebuscan.
—Yo me encargo de esconderlo bien, no te preocupes. Esta noche quiero que hagamos la vuelta.
—¿Esta noche? ¿Tan pronto?
—No quiero que pase mas tiempo, le prometí a lisa que traería a su hermana de vuelta y eso haré. Nada tiene que salir mal mientras elaboremos un buen plan; ya que tenemos el plano del lugar, las cosas serán un poco más facil. No es la primera vez que hacemos esto, Jefferson. No te dejaré solo. Será mejor que vayamos a compartir con nuestras chicas, no quiero que se preocupen por estar lejos de ellas tanto rato.
—Si, Akira.
—Mandaré a buscar el dinero para que lo tengamos a mano. Esta misma noche traeremos a esa chica a las manos de su familia.
—Así será, Akira.
—Yo quiero ayudar en algo— dijo Shuji, a lo que lo miré fijamente.
—Si quieres ayudar en algo, puedes servirme de utilidad si no te acercas a mi mujer mientras no estoy, ¿Crees poder hacerlo?
—Tranquilo, yo no voy acercarme más a ella — respondió Shuji.
—Te conviene. Vamos con ellas.
—Si.
Lisa
—Hace tiempo no cocinamos nosotras dos, mamá.
—Ahora vamos a poder hacerlo, lisa.
—¿Eres feliz, mamá?
—Ahora que estás conmigo, sí, mi amor.
—¿Y con Jefferson? ¿Cómo están las cosas, mamá?— mi mamá se puso roja hasta las orejas.
—Ah, ¿hablas de eso? Si, soy muy feliz, lisa.
—No sabes lo feliz que me hace saber que eres feliz, mamá. Sé que hemos tenido muchas situaciones y imagino que se vio afectada tu relación con Mr. Jefferson de alguna forma.
—Lisa, Mr. Jefferson y yo no tenemos nada. Creo que es tiempo de que lo sepas.
—¿Ah? Algo pasa entre ustedes, a mi no me engañas. Tus mejillas y tu expresión confirma que al menos algo estás sintiendo.
—No digas esas cosas, lisa. Ya estoy muy vieja para eso.
—Jamás, mamá. Tienes derecho a ser feliz al igual que él. Ambos no tienen compromiso y se ven muy bien juntos.
—No quiero hablar de eso.
—Puedes darte una oportunidad de sentir una vez más, mamá. Sé que lo que viviste con mi papá no fue nada bueno, pero aún estás a tiempo de ser feliz.
—Que bien huele por aquí— escuché la voz de Akira al entrar a la cocina y me puse algo nerviosa, mi madre estaba avergonzada por el tema, ya que Mr. Jefferson estaba entre ellos. Me recuerda tanto a mí y a Akira al verla así. No pude evitar sonreír.
—Ya está la comida. Podemos servir —Akira me miró y sonrió.
—Quiero hablar contigo antes, lisa — me hizo seña para que fuera con él, así que eso hice.
Subimos al estudio de Mr. Jefferson.
—¿Qué pasa, Akira?
—Esta noche vamos a ir a rescatar a tu hermana, lisa.
—¿De verdad?
—Si, quiero que sepas que es muy arriesgado y peligroso. Quiero que te quedes por hoy aquí en la casa con tu madre y Kaori.
—¡Dios mio! Espero que puedan traerla y nada malo pase. Tienen que cuidarse— Akira me acorraló contra la pared.
—Si me sucede algo y tienes la dicha de tener mi cuerpo de vuelta, prometo que aún después de muerto voy a complacerte, princesa.
—¿Qué comentario fue ese, tonto? — aún en una situación así, no pierde su sentido del humor.
—No va a pasar nada, tengo que durar más años para ser tu dolor de cabeza y tu motivo para que todas las mañanas despiertes satisfecha y adolorida, ¿No? — su sonrisa pícara me hizo reír.
—Eres tan tonto. ¿Cómo dices ese tipo de cosas tan despreocupado?
—Porque tengo varios motivos para volver, tonta. Quita esa cara y confía en mí, no es para tanto. Tengo que venir a ver a mis dos princesas que me van a estar esperando, ¿Qué más razón suficiente tengo que tener para regresar?
—Eso me hace sentir algo tranquila— Akira me besó y agarró mi cintura, acercándome a él.
—Tenemos que bajar, la comida se enfría.
—Quiero comerte a ti— escuchar eso me dio escalofríos.
—Vamos a bajar, ¿Si?— mi voz estaba temblorosa y akira sonrió.
—Si, bajemos— bajó su mano a mi trasero y los apretó con fuerza.
—Contrólate y vamos a bajar— lo empujé cariñosamente y lo besé de la nada, a lo que Akira se sorprendió y lo jalé del brazo, haciéndolo caminar conmigo.